El Papa Francisco hizo hoy un homenaje a las mujeres, las primeras testigos de la Resurrección del Señor, valientes y capaces de crear nuevos caminos en la Iglesia, pero advirtió a las religiosas sobre la tentación de la amargura.
"La amargura es el licor del diablo: el diablo nos cocina dentro, con ese licor, siempre repitiendo que las cosas no van", afirmó el Papa Francisco, que instó a las religiosas a tener cuidado con las "enfermedades de la vida consagrada".
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El Santo Padre recibió este jueves en audiencia a las participantes en la 70ª Asamblea General de la Unión de Superioras Mayores de Italia (USMI), que se está desarrollando en Roma, del 13 al 14 de abril de 2023, sobre el tema "En el camino sinodal, mujeres testigos del Señor resucitado".
"No hablo de optimismo: el optimismo es algo psicológico. Hablo de esperanza, de apertura al Espíritu, y esto es teológico, y una vocación religiosa debe ir por este camino", sostuvo el Pontífice ante 200 representantes de la Unión que reúne a 50.000 religiosas en Italia.
"Pero cuando se cultiva vinagre en lugar de azúcar, algo no funciona. La amargura, la acidez del corazón, duele mucho". Por ello hizo un llamamiento: "Por favor, cuando veas eso en una comunidad o en algunas religiosas, ayúdales a salir de la situación de personas melancólicas que siempre piensan: '¡Ah, los viejos tiempos eran mejores! Las cosas no van, y aquí y allá...'".
Y les reiteró: "Este es el elixir del diablo, esta amargura. Por favor, ¡nada de esto! Dejen que el Espíritu nos dé esta dulzura, que es una dulzura espiritual".
Las mujeres son valientes
En otro momento, también bromeó con las religiosas que celebran el aniversario de su Unión: "El número 70 ya indica un hermoso camino hecho juntos, por esto debemos agradecer al Señor: ¡que ustedes, como organización, no se hayan jubilado!".
El Papa Francisco indicó que las mujeres son los primeros testigos de la Resurrección del Señor, "las discípulas, que con su audacia nos recuerdan una y otra vez que Jesucristo también puede romper los aburridos esquemas en los que pretendemos encerrarlo y sorprendernos con su constante creatividad divina".
En su discurso hizo un homenaje dirigido a aquellas "mujeres valientes que se dejaron sorprender y empujar por la fuerza y la luz del Resucitado y salieron a buscarlo". De ellas afirmó que "eran conscientes de lo importante que es tener al Señor vivo en nuestros corazones".
Las mujeres son generosas
En este sentido, remarcó que estas mujeres enseñan a la Iglesia el "coraje de volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio". De esta manera, "surgirán nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes", que renovarán el mundo de hoy.
"Es propio de la mujer ser generosa: sí, alguna neurótica hay, pero esto sucede un poco como en todas partes. La mujer es dar vida, abrir caminos, llamar a otros...".
El Pontífice también agradeció las palabras de saludo de la Madre Yvonne Reungoat, salesiana francesa, ex superiora general de las Hijas de María Auxiliadora, presidente de la USMI en estos últimos 5 años.
Al final, bendijo a las monjas y las invitó a que rezaran por él: "Porque este trabajo no es nada fácil. Gracias".