En la Audiencia General de este miércoles 12 de abril, el Papa Francisco advirtió que el Evangelio "no se anuncia parados, cerrados en una oficina, en el escritorio o en el ordenador haciendo polémicas como 'leones de teclado' y sustituyendo la creatividad del anuncio con el corta y pega de ideas cogidas aquí y allí".
El Santo Padre continuó así con su ciclo de catequesis sobre la evangelización y el celo apostólico del creyente y volvió a proponer el ejemplo de San Pablo como "impulso" del Evangelio. También definió el "celo" apostólico como un "calzado".
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Destacó que San Pablo habla del calzado "como parte de una armadura, según la analogía de la equipación de un soldado que va a la batalla".
En ese sentido, afirmó que "el celo evangélico es el apoyo en el que se basa el anuncio, y los anunciadores son un poco como los pies del cuerpo de Cristo que es la Iglesia".
Para el Papa Francisco, "no hay anuncio sin movimiento, sin 'salida', sin iniciativa. Esto quiere decir que no se es cristiano si no se está en camino, no es critiano si no sale de sí mismo, para empezar un camino y llevar un anuncio". "No hay anuncio sin movimiento, sin camino", insistió el Pontífice.
A continuación, subrayó que la persona que anuncia debe estar preparada para partir, "y sabe que el Señor pasa de forma sorprendente; por tanto, debe estar libre de esquemas y predispuesto a una acción inesperada y nueva, preparado para las sorpresas".
"Quien anuncia el Evangelio -puntualizó el Papa- no puede estar fosilizado en jaulas de plausibilidad o en el 'siempre se ha hecho así', sino que debe estar preparado para seguir una sabiduría que no es de este mundo".
Asimismo, definió la actitud de aquel que anuncia como un "impulso" y animó a los fieles a ser "evangelizadores que se mueven, sin miedo, que van adelante, para llevar la belleza de Jesús y para llevar la novedad de Jesús, que cambia todo".
Tomando todas estas ideas, el Papa Francisco concluyó haciendo a los fieles las siguientes preguntas: ¿Estás dispuesto a que Jesús te cambie el corazón? ¿O eres un cristiano tibio que no se mueve? ¿Eres un entusiasta de Jesús, vas hacia adelante?
Tras los saludos a los peregrinos, el Pontífice recordó que el próximo domingo, 16 de abril, se celebra el domingo de la Divina Misericordia, instituido por San Juan Pablo II.
Señaló que hoy, cuando el mundo está cada vez más probado por las guerras y alejado de Dios, necesitamos aún más la misericordia del Padre.
Además, indicó que ayer se cumplió el 60 aniversario de la encíclica Pacem in Terris, que San Juan XXIII dirigió a la Iglesia y al mundo en el momento más tenso de los dos bloques enfrentados en la llamada Guerra Fría. Recordó que el Papa Bueno abrió ante todos el amplio horizonte en el que hablar de paz y construir la paz.
Para el Santo Padre, esta encíclica fue una verdadera bendición, y destacó que su mensaje es muy actual. También invitó a los fieles a leerla y pidió que los jefes de las naciones se inspiren en ella para sus proyectos y decisiones.