El Vicario Apostólico de Puerto Maldonado, Mons. David Martínez de Aguirre Guinea, explica cómo es la desafiante tarea de ayuda que realiza la Iglesia Católica en esta vasta zona de la Amazonía del Perú y hace un urgente pedido para colaborar con uno de sus proyectos.
El Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado fue creado hace más de 100 años y tiene una extensión de 150 mil kilómetros cuadrados, aproximadamente la décima parte del territorio del país.
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Comprende la selva del Departamento de Madre de Dios, parte del de Ucayali y la zona amazónica del de Cuzco. En todo el territorio hay muchos lugares de difícil acceso.
"Es una realidad muy extensa, variada y rica, también culturalmente, porque hay población andina que ahora vive aquí", explica el obispo español en declaraciones a ACI Prensa.
¿Cómo es la labor solidaria?
"La labor solidaria es muy variada. En la educación se cuenta con una red de escuelas que sirve a los pueblos originarios, alrededor de 90 instituciones educativas que están en convenio con el Estado y se distribuyen en comunidades de difícil acceso. Así se intenta ayudar en este rubro", precisa el Prelado.
"También hay residencias de estudiantes para jóvenes de secundaria, donde se les da acogida a estos, que es el mayor reclamo de estos pueblos originarios: la educación de sus hijos", prosigue.
En el campo de la salud "también ha habido proyectos importantes de atención directa, que han ido pasando al Estado pero siempre estando nosotros muy de cerca", entre los que se puede mencionar diversas campañas y evacuaciones de poblaciones ante emergencias; de manera especial en lugares alejados.
El Vicariato cuenta también con hogares para niños abandonados, donde son atendidos.
"Uno de los desafíos más importantes que tenemos es asumir nuestra responsabilidad en la solidaridad. No basta mirar al Estado y a otras organizaciones como las ONGs. Nos toca también cultivarla a nosotros", agrega Mons. Martínez de Aguirre.
"Un obispo brasileño decía que 'una fe que no pasa por el bolsillo no ha llegado al corazón'. Es importante que como creyentes y personas de buena voluntad nos dejemos tocar el corazón por las personas vulnerables", subraya.
Un pedido urgente
El obispo recuerda asimismo que en 2008 se abrió una casa de acogida para ancianos llamada Apaktone (Papá sabio o anciano), como los nativos llamaban al sacerdote misionero José Álvarez Fernández, muy querido en la zona y que ahora está en proceso de beatificación.
El Prelado ha lanzado una campaña solidaria para sostener el hogar, que busca reunir a unas 4 mil personas que donen 10 soles, unos 2.5 dólares al mes.
"Nos tenemos que preguntar si sería capaz de invitarle a Jesucristo lo que cuesta una gaseosa al mes. No la vamos a comprar, pero vamos a destinar esto a Cristo, que hoy se nos muestra vivo en estos ancianos", resalta el Vicario de Puerto Maldonado en diálogo con ACI Prensa.
Para colaborar con el proyecto, los interesados se pueden inscribir en este enlace https://forms.office.com/r/9gT9sgyVM0 para generar un débito automático.
También se puede hacer donaciones a través de Yape al número 982147164 a nombre del Padre Manuel Jesús Romero Blanco.
O depositar directamente a la cuenta del Banco de Crédito del Perú (BCP) 485 9921088 0 97 (código interbancario 002 485 009921088097 19).