El sacerdote fray Marcos Julio García Sánchez, OP ha sido seleccionado entre los 70.000 aspirantes iniciales como uno de los doce participantes en la undécima edición en España del popular concurso televisivo de cocina MasterChef.

Nacido en Venezuela en 1978, el dominico ha ejercido con anterioridad su ministerio en su país natal y en Colombia. Se encuentra en España desde hace tres años como parte del equipo de promoción vocacional y juvenil en el vicariato de la Provincia de Nuestra Señora del Rosario en España.

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El primer sacerdote en participar en MasterChef España mantenía, entre sus numerosas actividades pastorales, una cuenta en Instagram, @miamigoelfray, que está apunto de alcanzar los 12 mil seguidores. 

En una entrevista difundida por la Orden de Predicadores en España, fray Marcos explica que, aunque en las primeras rondas clasificatorias no desveló su condición de religioso, finalmente se sintió emocionado "al ver que a un sacerdote le daban la oportunidad de tener un púlpito" a través de MasterChef.

A su juicio, siguiendo a Santa Teresa de Jesús, "en las ollas también está el Señor, en los guisos también está Dios. Y se puede predicar porque la cocina es mística, es espiritualidad, es donación". 

Dinero y fama

El premio para el ganador del popular certamen culinario asciende a más de 100 mil dólares. De hacerse con él, fray Marcos tiene previsto destinarlo a las comunidades dominicas de Venezuela, que atienden orfanatos y asilos para ancianos.

"Siempre apunto hacia allá, porque yo soy fruto de esas cocinas, de esas hermanas que cocinaban de lo poquito que tenían en plena crisis venezolana", argumenta el religioso. 

En el programa de presentación de los concursantes, el religioso mostró su emoción porque el programa ofrece la posibilidad de aportar a sus compatriotas "una cucharada de fe, de esperanza y de caridad para esta sociedad que tanto necesita de Dios. Y creo que MasterChef es un escenario para ello". 

 

 

En todo caso, no ambiciona el reconocimiento que sin duda le va a acompañar a poco que avance durante algunas semanas en el programa. "Lo que menos quiero es hacerme famoso. Es bastante incómodo", asegura. 

Pero su mayor miedo es otro: "Lo que me da vértigo verdaderamente es que sea yo el famoso y no el Señor", argumenta. "Quiero seguir siendo 'Mi amigo el fray', que vea a Dios, la posiblidad de ver a Dios en el otro y en mí mismo".

El fraile fue invitado a bendecir la nueva temporada del programa, lo que hizo revestido con el hábito blanco característico de los dominicos sobre el que lucía el delantal de los aspirantes a ganar el concurso.