Según informa el comunicado leído por el director de la Oficina de Prensa, Joaquín Navarro Valls, “la división de la gran archidiócesis de Barcelona se estudiaba desde hace unas dos décadas. Ya al principio de los años 80, el entonces Arzobispo de Barcelona, Cardenal Narciso Jubany, B.M., dio algunos pasos indicando la oportunidad de crear dos diócesis nuevas”.
“Sucesivamente algunos eclesiásticos, en varias ocasiones, han hecho presente a la Congregación para los Obispos la utilidad pastoral de que tanto la demarcación de El Vallés como la demarcación del Baix Llobregat, Penedés i Garraf, fueran erigidas diócesis", añade el comunicado.
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Según informa la Santa Sede, “la nueva diócesis de Terrassa tiene alrededor de un millón de habitantes y comprende 12 arciprestazgos (Montcada, Sant Cugat-Les Planes, Terrassa, Rubí, Sabadell Centre, Sabadell Nord, Sabadell Sud, Granollers, Puigraciós, Mollet, Montseny i Cardedeu-Llinars, Montbui) y 120 parroquias".
La nueva diócesis –cuya residencia episcopal es la misma ciudad de Terrassa- inicia su andadura con 165 sacerdotes, 24 comunidades de religiosos y 88 de religiosas.
Asimismo, dio a conocer que, “la diócesis de Sant Feliu de Llobregat tiene 670 mil habitantes y comprende 9 arciprestazgos (El Prat de Llobregat, Sant Boi de Llobregat, Sant Feliu de Llobregat, Sant Vincenç dels Horts, Montserrat, Garraf, Vilafranca, Anoia, Piera-Capellades) y 121 parroquias". La diócesis catalana recién creada cuenta con 153 sacerdotes y 90 comunidades religiosas y la residencia episcopal estará ubicada en la localidad de Sant Feliu de Llobregat.
Finalmente, con respecto a la arquidiócesis de Barcelona –que hasta antes de la división contaba con una superficie aproximada de tres mil kilómetros cuadrados, una población de cuatro millones 300 mil habitantes, de los cuales casi cuatro millones son católicos-, se informó que, después de la división, quedará con dos millones 600 mil habitantes divididos en 212 parroquias y atendidos por 417 sacerdotes.