La triunfante historia de dos bebés gemelos que siguen prosperando un año después de nacer, a los pocos minutos de lo que los médicos consideran "un estado viable", es una noticia realmente feliz.

Hablando con la madre, Shakina Rajendram, sobre su historia, entonces angustiosa y ahora esperanzadora, contó que se puso en trabajo de parto a las 21 semanas y 5 días de embarazo, un marcador gestacional que la comunidad médica considera "no viable". Se le rompió el corazón al enterarse de que sus dos queridos bebés no recibirían reanimación, sino que morirían sobre su pecho.

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Estaba internada en el mismo hospital donde acababa de perder un bebé meses antes. 

"Me dijeron que perderíamos a los dos bebés ese mismo día. Al principio fue un shock, tú sabes. No sabíamos cómo procesar esa información, ya que, como he mencionado antes, habíamos perdido otro bebé en el mismo lugar unos meses antes de eso", dijo Rajendram al National Catholic Register, diario en Estados Unidos de la cadena católica EWTN. 

"Así que fue realmente abrumador ese momento. Estábamos conmocionados. Estábamos profundamente, muy devastados. Y no sabíamos qué hacer".

Como madre y padre cristianos, con una gran fe y confianza en el poder de la oración, mamá Shakina y papá Kevin "asaltaron" el cielo con el fin de llevar a los bebés hasta el umbral de las 22 semanas, invitando a la familia, los amigos, la Iglesia y la comunidad a rezar con ellos. 

"Guerreros" de la oración en las redes sociales de todo el mundo también rezaron por los bebés y sus papás.

"A pesar de nuestras peticiones de más medidas de sostenimiento, no recibíamos nada de los médicos", declaró Shakina, y añadió: "En ese momento nos dimos cuenta de que lo que los médicos no podían hacer por nosotros, Dios podía hacerlo por nosotros, y que lo imposible aún podía suceder, que no debíamos perder la esperanza".

Y fue en mitad de la noche, mientras Shakina intentaba dormir y su marido estaba despierto llorando y rezando por encontrar una salida para salvar a sus bebés, cuando un amigo les escribió sobre una organización llamada 22 Matters, que trabaja específicamente para ayudar a los padres en estos momentos de extrema angustia.

Como recordó Shakina al Register: "Y él enseguida se puso en contacto con Kayla, una de las cofundadoras de 22 Matters, y le contó la situación en la que nos encontrábamos y que nos habían dicho que no había esperanza para los bebés. Kayla inmediatamente enfatizó la importancia de ser trasladada a un hospital que pudiera reanimar bebés".

A pocas horas de haber alcanzado el umbral de las 22 semanas, nació una niña diminuta llamada Adiah Laelynn Nadarajah, que pesaba menos de 340 gramos. 

Adrial Luka Nadarajah, su hermano, se unió a ella 23 minutos después, pesando algo menos de 425 gramos. Nacidos con el peso de una lata de gaseosa y una piel tan fina que sus órganos eran visibles, los bebés cabían en la palma de la mano de sus padres.

"Eran los bebés más pequeños que habían visto en el hospital, sobre todo nuestra hija Adiah. Nunca habían visto una bebé tan pequeña", cuenta Shakina. 

"Al principio, tuvieron algunos problemas para encontrar incluso un tubo durante su reanimación. Finalmente consiguieron un tubo que apenas cabía en su diminuta boca".

El Dr. Prakesh Shah, pediatra jefe del Hospital Mount Sinai de Toronto, explicó al Register: "La reanimación antes de las 22 semanas es muy, muy desafiante" debido a los instrumentos necesarios para mantener con vida al bebé.

"Es técnicamente difícil. Cuando tengo que abrir la boca del bebé y ponerle un tubo de respiración, el propio tubo de respiración mide dos milímetros. Abrir y no causar ningún daño con estos órganos tan finos y frágiles es todo un reto".

Pero él estaba orgulloso de ver a estos bebés superar todos los desafíos.

 

 

Según el Guinness World Records, no sólo son los bebés más prematuros que han nacido, sino también los gemelos más livianos de la historia. 

Los anteriores títulos los ostentaban los gemelos Ewoldt de Iowa, que nacieron con una edad gestacional de 22 semanas y 1 día.

La reanimación fue sólo el primero de muchos obstáculos, ya que los bebés necesitaban cuidados constantes al estar tan poco desarrollados, y la supervivencia parecía a veces improbable. 

Pero Shakina nunca perdió la esperanza, viviendo en un estado de oración continua, incluso cuando los médicos les aconsejaban que se rindieran.

"Y cada vez que llegaba un momento crítico en el que nos pedían que retiráramos la atención médica a nuestros bebés, rezábamos y, milagrosamente, algo mejoraba, algo cambiaba drásticamente, y los médicos volvían y nos decían: '¿Sabes?', no sabemos qué es esto, pero su bebé (es un luchador)...'".

También ayudó tener un médico dispuesto a afrontar el reto. A pesar de las heridas que incluso la cinta médica (esparadrapo) dejó en los dos pequeños cuerpos, el doctor Shah afirma que ofrecer esta esperanza a los padres de bebés prematuros es algo que impulsa su propio trabajo.

"Creo que los prematuros (son los casos) más emocionantes, desafiantes y gratificantes, en el sentido de que estas son las familias que no tenían (muchas posibilidades) de llevarse un bebé a casa", declaró el médico Shah al Register. "Y ahora les estás dando la esperanza de llevarse al bebé a casa, que es diferente a cualquier otra unidad de cuidados intensivos donde las cosas estaban bien. Y de repente ocurre algo. ¡Vaya!".

Más allá de los tubos, el esparadrapo y la piel frágil, los padres sólo veían corazones latiendo.

"Veíamos constantemente su fuerza; veíamos constantemente su resistencia... nunca nos dimos por vencidos con ellos. Porque mirábamos a los bebés y veíamos la voluntad de sobrevivir", comentó Shakina al Register.

Los bebés Adiah y Adrial son felices ostentando estos récords Guinness por ahora, pero Shakina espera que pronto se rompan, para que más madres vean sobrevivir a sus bebés prematuros.

Los bebés acaban de cumplir un año el 4 de marzo, aunque en términos de "prematuros" sólo tienen 8 meses. 

A los dos pequeños les queda un largo camino por recorrer en cuanto al crecimiento y desarrollo, así como realizar visitas semanales a determinados especialistas para evaluar "si sus corazones y sus pulmones están creciendo bien, para ver el movimiento muscular y su piel", explica Shakina, pero es optimista sobre su brillante futuro: 

"Va a ser un largo camino por delante con muchos seguimientos, pero los médicos están siempre realmente asombrados de lo bien que lo están haciendo".

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en el National Catholic Register.