El P. Mario Ángel Flores, director del Observatorio de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), denunció "el alto grado de corrupción entre nuestras autoridades", que permite una "absoluta normalidad" del narcotráfico y la violencia en el país.
En una reciente columna publicada en Desde la fe, semanario de la Arquidiócesis Primada de México, el P. Flores indicó que "en los Estados Unidos se han procesado y condenado a prisión a muchos criminales mexicanos que se dedican al tráfico de drogas, ya que afectan directamente a la población norteamericana en general y a los jóvenes en particular".
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El sacerdote mexicano recordó el caso de la reciente captura y condena de Genaro García Luna, quien fuera Secretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón, entre 2006 y 2012.
"Entre los meses de enero y febrero de este año 2023 fue juzgado por la Justicia de los Estados Unidos y declarado culpable por proteger al cártel de Sinaloa", señaló el P. Flores.
México vive uno de los momentos más críticos de violencia en su historia, y se estima que para el final del sexenio, en 2024, del presidente Andrés Manuel López Obrador, la cifra de homicidios durante su gobierno bordee los 190 mil.
De acuerdo al Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal A.C., 17 de las 50 ciudades más violentas en el mundo durante 2022 se encuentran en México. Nueve de las 10 primeras ciudades del listado son mexicanas, encabezadas por Colima, Zamora, Ciudad Obregón, Zacatecas y Tijuana.
En el centro de la violencia se encuentra el crimen organizado, encabezado por grupos como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa, hasta hace pocos años liderado por Joaquín "El Chapo" Guzmán, hoy preso en Estados Unidos.
La actual política del gobierno de López Obrador, de "abrazos y no balazos", ha sido duramente criticada por organismos de la sociedad civil y por la Iglesia Católica.
En su columna, el P. Flores criticó precisamente "la estrategia de Seguridad del actual gobierno, que implica no combatir de manera frontal al narcotráfico y al crimen organizado", y que "ha causado el periodo más sangriento de nuestra historia reciente".
Frente a la "ola de asesinatos, masacres, dominio de territorios enteros por parte de los delincuentes, extorsiones, robo de combustible, robo en carreteras, inseguridad por todas partes", el sacerdote llamó a preguntarse "quiénes, desde las más altas autoridades políticas y militares, están implicadas para que en nuestros días todo esto suceda con absoluta normalidad".