El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, retrata en su carta semanal a San José, con motivo de su fiesta, como un varón justo, padre, esposo fiel, patrón de la buena muerte y de las vocaciones sacerdotales.
Mons. Fernández celebra que la fiesta dedicada al esposo santo de la Virgen María nos acerca a la "figura sencilla y humilde del varón justo que hizo las veces de padre de Jesús".
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Para el Obispo, San José "es una figura entrañable" que "nos enseña a estar en nuestra misión cumpliendo la voluntad de Dios sin estridencias ni aparato externo".
"Él es la figura del padre, tan denostada en nuestra cultura actual y tan necesaria al mismo tiempo para el equilibrio ecológico de las relaciones humanas", señala el Prelado.
Este es el motivo por el que en esta fecha también "honramos a nuestro padre de la tierra", porque es "el padre que inspira toda familia humana, quiere construirse según el modelo de la Santa Familia de Nazaret".
San José también es el "esposo fiel" por antonomasia. "Ninguna mujer del mundo se ha sentido tan querida como lo ha sido María", proclama Mons. Fernández, pues supo hacerlo con "un amor generoso, totalmente oblativo", sin buscar "su interés, su capricho, su gusto".
Subraya asimismo que "un esposo así no se encuentra fácilmente".
"San José es un ejemplo y estímulo para los esposos en la relación con sus esposas", defiende el Prelado.
Como patrono de la buena muerte, Mons. Demetrio llama a desear que "tengamos con nosotros a Jesús y María, como los tuvo él", en el momento de fallecer. Al tiempo recuerda que "una vez que Jesucristo ha vivido el trance de su muerte redentora, ya nadie debe morir en soledad".
El Obispo de Córdoba recuerda que uno de los episodios más duros de la pasada pandemia fue "la cantidad de personas que han afrontado el momento crítico de su propia muerte en la soledad más absoluta". Y destaca que "muchos de ellos nos han dado el precioso testimonio de esta compañía espiritual que no les ha faltado".
El último rasgo característico destacado por Mons. Fernández es el patrocinio de San José respecto de las vocaciones sacerdotales. Ante la "necesidad urgente y perentoria" de presbíteros, el obispo anima a pedir a San José "que nos eche una mano en este asunto", porque "él entiende de esto".
En este sentido, el Prelado anima a implorar de forma insistente por las vocaciones sacerdotales, porque "sin sacerdotes no hay Iglesia, no hay Eucaristía, no hay evangelización completa".
Y advierte: "No busquemos alternativas, que no las hay".