Este viernes el Papa Francisco recibió a los miembros de la Congregación de San José, ante quienes afirmó que para ser testimonios creíbles de Cristo es necesario no solo amar a Dios, sino dejarse amar por Él.
El Santo Padre dijo estas palabras durante la audiencia que concedió en la Sala Clementina a los miembros de la congregación fundada en 1873 por San Leonardo Murialdo.
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"La experiencia del amor de Dios ha marcado profundamente la vida de San Leonardo", afirmó el Papa Francisco, "e invitaba a los hermanos a dejarse, primero que todo, amar por Dios".
El Pontífice señaló que este fue el secreto del apostolado de santo italiano que, como recordó, evangelizó en medio de un ambiente dominado por la masonería.
En ese sentido, el Papa Francisco indicó que esta invitación a dejarse amar por Dios es válida para todos los fieles "para ser testimonios creíbles de su amor". "Dejemos que sea siempre más su amor la guía de nuestros afectos, pensamientos y acciones. No las reglas, no las disposiciones", expresó en su discurso.
La Congregación de San José –conocidos también como Josefinos de Murialdo–, cumple 150 años de fundación el próximo 19 de marzo, y el Santo Padre recordó que, con ocasión de esta celebración jubilar, envió el año pasado una carta al superior general para alentarlos a seguir creciendo en el "arte de acoger las exigencias de los tiempos y de proveerse con la creatividad del Espíritu Santo".
"No se puede controlar al Espíritu, es Él quien nos lleva adelante. Solo se necesita discernimiento y fidelidad", señaló el Papa.
En su discurso, el Pontífice también que San Leonardo Murialdo era "un hombre profundamente místico" que además fue sensible a las necesidades de los hombres y mujeres de su tiempo, "de las que fue un observador agudo y profeta valiente".
Esto lo llevó a dedicarse especialmente a los jóvenes trabajadores, destacó el Papa Francisco. San Leonardo Murialdo "se hizo portavoz de la palabra profética de la Iglesia en un mundo dominado por los intereses económicos y de poder, dando voz a los más marginados", añadió.
Asimismo, señaló, supo "acoger el valor del laicado en la vida y en el apostolado del Pueblo de Dios".
Finalmente, el Pontífice resaltó "la dulzura paterna de la caridad" como otro de los valores importantes de la Congregación de San José, y alentó a sus miembros a vivirla entre ellos y ejercitarla ante los demás.
"Sean como María, nuestra Madre: al mismo tiempo fuertes en el testimonio y dulces en el amor", invitó.
"Quisiera concluir recordando la invitación de Murialdo a la santidad: 'Háganse santos y háganlo pronto…Porque el santo tiene una mirada previsora, humaniza la vida, comunica esperanza y confianza y sabe compartir su experiencia que Dios es amor'", señaló el Papa Francisco.