La madrugada del jueves 15 de marzo desconocidos vandalizaron una iglesia católica en las tierras bajas del estado de Río de Janeiro (Brasil).
La capilla pertenece a la parroquia de São Sebastião, en Campos dos Goytacazes, en el estado de Río de Janeiro.
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De acuerdo al párroco, P. Gustavo Ribeiro dos Santos, el sagrario no fue profanado y no robaron ningún objeto litúrgico, sólo un equipo de sonido y otro para proyecciones de video.
El sacerdote cree que "rompieron la puerta lateral de la iglesia para acceder al templo", ya que "la puerta estaba inclinada y muchas cosas estaban fuera de su sitio".
El P. Ribeiro dos Santos indicó, además, que denunció el hecho ante la Estación Judicial 134 del Centro y acudió "a la comunidad para brindar apoyo a los feligreses". También comunicó lo ocurrido al Obispo de Campos, Mons. Roberto Francisco Ferrería Paz.
El obispo informó que prácticamente todas las iglesias de su diócesis están llevando "un registro mensual" de robos y actos vandálicos, debido a que en los últimos tiempos tres iglesias han sufrido estas acciones, lo que "ha vuelto a ocurrir".
Todo eso "demuestra la fragilidad de la seguridad de las iglesias", pero debería tratarse con más dignidad".
Lo ocurrido, prosiguió, "hace pensar que no es un acto de robo, sino de intolerancia, porque de hecho afecta a la libertad religiosa. Al no tener el recurso sonoro, perjudica el culto y coarta la libertad religiosa", lamentó el Prelado.
Para el obispo, esta acción "no sólo demuestra la ofensa a la libertad religiosa, sino el deseo de afectar a una iglesia, a una religión".
"Nuestra acusación va dirigida a las autoridades, para que se den cuenta de que este hecho es una grave amenaza para la democracia, la paz y la convivencia entre religiones", concluyó.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en ACI Digital.