Este 15 de marzo se conmemoran 12 años de la guerra civil en Siria, donde las bombas, la pobreza y los terremotos han destruido al país. En este contexto, los salesianos intentan dar esperanza a los jóvenes que lo han perdido todo.
De acuerdo a la Agencia de Noticias Salesianas (ANS), el conflicto armado se ha centrado en el norte, en una zona controlada por rebeldes. Años atrás, a esto se sumó el ataque del grupo terrorista Estado Islámico, que aterrorizaba las ciudades y mataba a los cristianos.
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Según ANS, el resultado de la guerra ha sido más de medio millón de muertos, 2,1 millones de heridos, 13 millones de desplazados y se calcula que 6,6 millones de refugiados en otras naciones.
"Más de 11 de los 17 millones de habitantes que tiene hoy el país necesitan urgentemente ayuda humanitaria para sobrevivir, y entre ellos hay 6,5 millones de menores de edad", describe un informe de los salesianos.
Todo esto se agrava con la falta de trabajo, de electricidad, el alza del precio del combustible y la devaluación de la moneda. Pero algo más preocupante es la experiencia con la que están creciendo las futuras generaciones.
Según el P. Alejandro León, Superior de los Salesianos en Medio Oriente, los pequeños "sólo conocen la guerra, y muchos jóvenes que han vivido la mayor parte de su vida en medio de la violencia están pensando en irse del país".
Asimismo, añade que aunque los educan en la cultura de la paz, muchos adolescentes señalan abiertamente que "no ven un futuro para ellos y sus familias".
Como si esto fuera poco, Siria ha caído en un hoyo más profundo luego del terremoto del 6 de febrero y sus más de 11 mil réplicas, que han matado a casi 6 mil sirios, han destruido más de 100 mil edificios y han dejado a 1,5 millones de personas sin casa.
Ante este panorama, ANS señala que en estos 12 años de guerra y destrucción, los salesianos no cerraron sus puertas, sino que han asistido económicamente a cientos de familias y acogido a los desplazados.
Han brindado asimismo formación empresarial a grupos de jóvenes, algunos de los cuales incluso han recibido una ayuda económica para que inicien sus negocios. Los hijos de Don Bosco también han alquilado departamentos a fin de dar clases a los niños y evitar que viajen largas distancias para estudiar.
Los religiosos han recibido a muchas familias necesitadas en Alepo y Kafroun tras el terremoto. Están impulsando el voluntariado universitario para atender a niños que buscan nivelación escolar. Además, tienen previsto construir un centro juvenil cerca a Damasco.