El presidente de Cáritas Argentina y Obispo de San Isidro, Mons. Jorge Casaretto, anunció para este fin de semana la tradicional Colecta Anual de Cáritas e hizo un llamado a la solidaridad pues aunque “pasó el momento culminante de la crisis, las consecuencias quedaron”.
El Prelado explicó que la secuela más grave de la crisis es “el acrecentamiento de la brecha social”. Casi 20 millones de personas viven por debajo de la línea de pobreza y 5 millones de indigentes; y exhortó por ello a “no cansarnos de ayudar, no bajar los brazos”.
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La colecta se realizará bajo el lema “Tu solidaridad es compromiso por el bien común” y con el slogan “Hagamos entre todos un país sin excluidos”. El dinero se recibirá durante la colecta de las Misas pero también se pueden hacer donaciones telefónicas o mediante el depósito en la cuenta corriente del Banco Nación a nombre de Cáritas Argentina.
Cáritas recibió donaciones hacia fines de 2001 y en 2002 tanto de personas, instituciones y empresas del país y del exterior. El año pasado entregó alimentos por casi 200 millones de pesos –más de 67 millones de dólares–.
En una carta pastoral titulada “Nuestros Vecinos más pobres”, Mons. Casaretto afirmó que “uno de los aspectos positivos del fenómeno cartonero es que la exclusión no está oculta sino visible y se ha constituido en una constante interpelación a nuestras conciencias”.
Ante esta realidad –continuó–, “lo primero es no querer que los pobres se vayan a otra parte para olvidarnos que existen. Nos equivocaríamos mucho si quisiéramos expulsarlos a lugares aún más pobres”.
El presidente de Cáritas agregó que si bien desde siempre “la marginalidad fue un caldo de cultivo para el delito”, hay que analizar detenidamente la consideración de que los barrios más pobres son fuente de inseguridad.
“Sin duda la mezcla de falta de educación y trabajo, alcohol y droga eleva la inseguridad”, explicó el Prelado pero aclaró que “los mayores delincuentes que suelen usar vehículos robados y que son más peligrosos no son los más pobres”.
Hoy “no alcanza” con el pago de los impuestos para cumplir con la cuota de solidaridad social. “De alguna manera, todos tenemos que entrar en una más fuerte corriente de solidaridad”, concluyó el Obispo.