En el primer aniversario de la guerra en Ucrania, el sacerdote ucraniano P. Jurij Blazejewski destacó la fe del pueblo ucraniano y aseguró que "es Cristo quien vence allí", en un conflicto donde "nacen santos y héroes".
Hoy, 24 de febrero, se cumple un año desde que el ejército ruso invadió el territorio ucraniano. Fue el comienzo de una cruel y sangrienta guerra en la que, a pesar de las numerosas víctimas y el dolor, permanece -según relata el sacerdote ucraniano P.Jurij- "una fe que mueve montañas".
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El P. Jurij Blazejewski es sacerdote de la Congregación Don Orione. Nació en la ciudad Ucraniana de Kharkiv y actualmente estudia comunicación en la Universidad de la Santa Cruz en Roma.
"El Papa hace mucho, pero vemos poco"
En conversación con ACI Prensa, aseguró que "el Papa, el Vaticano y la Iglesia hacen mucho" por poner fin a esta guerra.
Para el sacerdote ucraniano, la voz del Papa Francisco que reclama paz y justicia "no son sólo palabras; tienen su fuerza y estimulan procesos para acabar con la locura de la invasión, encontrar la justicia y reconstruir el futuro".
"Quién sabe cuántas historias de su intervención no expuestas al público se descubrirán sólo años después de la guerra", destacó.
El P. Jurij, que también dirige la revista católica "Skynia", aseguró que "el Papa realmente hace mucho, pero vemos poco. Le agradezco su esfuerzo y humildad, porque él es consciente de que será criticado, él hace más de lo que habla de su ayuda".
"Es la lógica opuesta del mundo de la política, donde a menudo se habla mucho, pero se hace poco", añadió.
En este sentido, afirmó que la línea del Papa Francisco es clara: "quiere que el Vaticano sea una plataforma eficaz para las negociaciones cuando llegue el momento".
"Seguramente -aclaró-, todavía es demasiado pronto para hablar de esto".
"Creo que, cuando Rusia esté cerca de la derrota, puede llegar el consenso para negociar y retirarse. Y es entonces cuando el papel de la Santa Sede será verdaderamente crucial e histórico, podrá convertirse en un moderador eficaz, salvando la muerte y la destrucción que se avecinan", defendió.
"Cristo fue enterrado allí"
El sacerdote afirmó desde Roma que "Cristo no sólo recorrió las calles de las ciudades ucranianas llevando la cruz, también fue enterrado allí, en Bucha, Mariupol e Izium, junto a ancianas, niños y soldados".
Señaló, además, que en Ucrania "apenas hay una persona que dude de la victoria" y aseguró estar convencido de que "en los corazones de tantas personas se está produciendo una victoria aún más espléndida: Cristo está ganando allí".
Respecto a la consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de la Virgen María que el Papa Francisco realizó el pasado 25 de marzo, el P. Jurij dijo que este hecho "no fue por casualidad".
"Es en estos momentos cuando nacen los héroes y los santos", afirmó.
Una fe que mueve montañas
Preguntado por la forma en la que los cristianos viven su fe bajo los contínuos bombardeos, contó que, por ejemplo, el vice párroco en Kharkiv ha alojado a más de una docena de personas que perdieron sus hogares.
"Viven juntos, como en los primeros tiempos de la Iglesia. Comen juntos, rezan juntos, durante los bombardeos asisten juntos a Misa en el sótano de la iglesia".
En una ocasión, los fieles y el vice párroco bajaron al sótano de la iglesia para rezar el Rosario en mitad de los bombardeos. "Al cuarto misterio llegó el gran silencio: la artillería rusa dejó de disparar", contó el P. Jurij a ACI Prensa.
"Me parece que esta fe es verdaderamente capaz de mover montañas".
El valor de la libertad
El sacerdote hizo notar también la importancia de la libertad, y señaló que, a pesar de las cifras de muertos, heridos, emigrantes, elementos de infraestructura y cultura destruidos, los ucranianos no han perdido sus valores.
"Y ese patrimonio es maravilloso, es una victoria hecha en las mentes y en los corazones", defendió.
"Hoy hablamos de libertad. No sólo como concepto, sino también como uno de los pilares de la dignidad de toda persona humana".
También hizo alusión a la solidaridad y compasión, "las que se revelan en cada ucraniano hacia su prójimo, así como las que han recibido tantas personas de buena voluntad de todos los continentes".
"Parece que bajo los disparos nadie sigue siendo realmente ateo", asintió.
El perdón
El P. Jurij recordó también que "los expertos en el campo de la comunicación en escenarios de violencia dicen que 50 años es el tiempo necesario para que el perdón y la reconciliación maduren después de un conflicto a tan gran escala como éste".
En esta línea, esperó que "al menos estos que hoy son los niños puedan algún día pensar seriamente en el perdón".
El papel de los medios de comunicación
Para el director de la revista católica ucraniana "Skynia", "la primera tarea de la comunicación es buscar y difundir la verdad".
"Por lo tanto -continuó-, considero muy positivo que haya disminuido el número de materiales orientados principalmente a sacar lágrimas y se haya mantenido más o menos al mismo nivel el bloque de materiales que dan información y hacen un análisis".
"La justicia no viene del llanto y las emociones expuestas, sino de la verdad comunicada. Sí, el dolor forma parte de la verdad de la guerra, pero no es todo: también hay resistencia, ayuda mutua, amor, ¡incluso sueños para el futuro! Espero que los medios de comunicación europeos hablen más de esto".
Una invitación para Cuaresma
El sacerdote ucraniano explicó que "la Cuaresma es siempre un tiempo para cuidar de los débiles y vulnerables que están a nuestro lado".
Por ello, invitó a los cristianos "a elegir una iniciativa o una parroquia, o una familia de allí a la que podáis ayudar este tiempo. Si alguien tiene la oportunidad y la voluntad, puede donar, hay muchas iniciativas hermosas de la Iglesia".
"Por ejemplo, está el proyecto de la Asociación de la Prensa Católica en Ucrania que recauda dinero para apoyar a los periodistas católicos ucranianos durante la guerra y salvar así la voz de la Iglesia. Pero la ayuda no tiene por qué ser necesariamente material".
Aseguró que "todos los ucranianos necesitan vuestras oraciones y los frutos espirituales de vuestra abstinencia cuaresmal. Sería un bonito gesto de fraternidad", concluyó.