El P. Jaime Rodríguez, LC, es codirector del primer curso sobre Teología del Cuerpo 100% online impartido por una universidad europea. Doctor en Teología y licenciado en Filosofía, afirma: "Cuando unos novios comienzan a recibir formación en Teología del Cuerpo, es muy difícil que su enfoque no cambie. Ya no hay vuelta atrás".
El próximo 27 de marzo comenzará el programa de Experto en Teología del Cuerpo basado en las enseñanzas de San Juan Pablo II sobre el amor humano e impartido por la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) de Madrid, vinculada a los Legionarios de Cristo.
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Esta nueva oferta formativa se encuadra en un momento en el que hay un resurgimiento del interés, en especial de muchos laicos, por la Teología del Cuerpo.
El P. Rodríguez explica que el curso de la UFV busca, desde una perspectiva intelectual, "que el alumno pueda poner nombre a todo eso que probablemente ha vivido en un retiro o en una experiencia puntual".
Sin embargo, inidca que se trata de "un curso comprensible" que ahonda "en la riqueza filosófica y teológica", pero de un modo "suficientemente amable para que incluso quienes no conocen nada de la Teología del Cuerpo puedan disfrutarlo".
Curas hablando de sexo
La Teología del Cuerpo aborda, entre otros asuntos, el rico mundo de la sexualidad desde los conceptos de entrega y acogida, la complementariedad o la diversidad sexual y de dones.
Entre los profesores del curso ofrecido por la UFV "están representados todos los estados de vida". Y aunque todos son expertos en la materia, el P. Rodríguez asegura en conversación con ACI Prensa que "hay temas que es preferible que enseñen personas casadas, porque así pueden enriquecer los contenidos teóricos con la experiencia personal".
Sin embargo, no deja de reivindicar que "los curas sabemos mucho de sexo, porque cientos de personas nos cuentan sus problemas", aunque advierte: "Ojo con reducir la sexualidad a la genitalidad, que sería un empobrecimiento".
No en vano, fue el propio San Juan Pablo II quien explicó en su libro de ética de la sexualidad "Amor y responsabilidad" que era "fruto de la experiencia". El Papa polaco describía que ésta puede ser personal y también "adquirida por medio de otros".
Los casados van a "alucinar"
El religioso destaca que este curso puede ser de utilidad para personas en diferentes momentos vitales y con diversidad de vocaciones.
Así, se muestra convencido de que a unos novios esta formación "les puede dar la vuelta como a un calcetín", más aún teniendo en cuenta la distancia "abismal" entre la "propuesta de noviazgo que esta sociedad les hace y la altura de miras que Él, su Padre, ha pensado para ellos".
El presbítero se muestra convencido de que "cuando unos novios comienzan a recibir formación en Teología del Cuerpo, es muy difícil que su enfoque no cambie. Ya no hay vuelta atrás".
A los casados, la Teología del Cuerpo les permite "liberarse de ideas de sumisión y débito en el matrimonio", y les llena "de estupor ante el don y el misterio del otro". Los lleva también a descubrir "que el corazón finito de tu cónyuge no puede saciar tu deseo de amor infinito".
"Los casados se van a sorprender e incluso, alucinar, con la sacramentalidad del matrimonio", destaca el sacerdote.
Consagrados, celibato y amor esponsal
La Teología del Cuerpo también está destinada a las personas consagradas. El P. Rodríguez destaca desde su experiencia personal que le ha cambiado la mirada: "Ha sido como pasar del negro al color en la tele".
El sacerdote detalla que "es una pasada redescubrir el celibato desde la lógica del amor esponsal. Entender (y vivir) que no te falta nada" y añade: "La Teología del Cuerpo explica con profundidad este misterio".
Abordadas las aportaciones de esta disciplina a personas que viven vocaciones diversas, cabe preguntarse qué provecho pueden obtener de ello las personas solteras.
El P. Rodríguez expone que "los solteros están llamados a vivir una paternidad o maternidad espiritual" de tal forma que la Teología del Cuerpo "abre un nuevo horizonte a estas personas sobre ellos mismos y su vocación".
Así, a través de las catequesis sobre el amor humano, San Juan Pablo II "enseña a los solteros que también ellos están llamados a convertir su vida en un don".