Las Conferencias Episcopales de Argentina y Uruguay expresaron su solidaridad con los obispos y católicos nicaragüenses ante las "acciones hostiles" de la dictadura de Daniel Ortega contra la Iglesia en ese país.
Mediante una carta, los obispos de Uruguay manifestaron su "profunda consternación" por los acontecimientos que atraviesa Nicaragua a causa de la feroz persecución del régimen de Ortega.
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"Notamos un creciente recorte de las libertades básicas y la persecución de toda opinión disidente", alertaron. En ese marco, precisaron, "han tenido lugar varias acciones hostiles hacia la Iglesia".
En particular, mostraron su preocupación ante "la expulsión del país y privación de la ciudadanía a 222 personas y la condena a 26 años de prisión al Obispo Rolando Álvarez".
Por eso, invocando a la Purísima Virgen María, patrona del pueblo nicaragüense, rezaron por "quienes sufren esta situación de opresión", y pidieron al Espíritu Santo que mueva los corazones "para que los enemigos vuelvan a la amistad, los adversarios se den la mano, y los pueblos busquen la concordia".
Firman la carta, con fecha 16 de febrero de 2023, el presidente de la Conferencia Episcopal Uruguaya (CEU), Mons. Arturo Fajardo; el Arzobispo de Montevideo y vicepresidente de la CEU, Cardenal Daniel Sturla; y el Obispo de Canelones y Secretario General de la CEU, Mons. Heriberto Bodeant.
Por su parte, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Mons. Oscar Ojea, mantuvo una comunicación telefónica con el Arzobispo de Managua, Cardenal Leopoldo Brenes.
En ese marco, transmitió la solidaridad del Episcopado argentino ante las circunstancias que vive Nicaragua.
Al respecto, el director de la Oficina de Comunicación y Prensa de la CEA, P. Máximo Jurcinovic, recordó: "Cuando comenzó este conflicto hace algunos meses, Mons. Ojea se comunicó con el Cardenal Brenes".
En dicha comunicación, le manifestó "el compromiso de oración de la Iglesia argentina en esta situación tan delicada que vive la Iglesia en Nicaragua".
En ese momento, "había comenzado esta persecución y se había imposibilitado al pueblo de Nicaragua celebrar la fiesta de la Purísima, patrona de Nicaragua", recordó el sacerdote.
Del mismo modo, "frente a la condena que recibió Mons. Rolando Álvarez, se comunicó con el Cardenal para transmitirle la solidaridad del Episcopado argentino en esta crisis".
La reciente comunicación entre ambos fue "muy fraterna". Mons. Ojea le aclaró que el mensaje "no era solo personal, sino con el compromiso de todos los obispos de Argentina", manifestó el P. Jurcinovic. Por su parte, el Cardenal Brenes "agradeció esta cercanía".
El sacerdote recordó que en el Ángelus dominical "el Papa condenó fuertemente esto que ocurrió en Nicaragua, incluso habló de la cercanía personal de él con el Obispo condenado".
El Santo Padre, señaló, "manifestó su preocupación no solo por lo que significó esta condena injusta, sino también porque no existen en este momento diálogos sinceros para la búsqueda concreta de la paz en ese país". "Fue bueno unirse al pedido del Santo Padre", consideró el P. Jurcinovic.
Asimismo, el vocero del Episcopado pidió consideración con los obispos de Nicaragua, ya que "ellos tienen que ir midiendo sus declaraciones porque es la Iglesia que está en el territorio" del conflicto.
"Muchas veces se espera una declaración, y hay que entender que ellos están ahí", aclaró. "Los obispos, religiosos y laicos irán definiendo los criterios en una situación tan delicada", afirmó.
En ese sentido, llamó a los fieles argentinos a "la concientización que tenemos que tener los cristianos de que hoy ocurren martirios y persecuciones en nombre de la fe".
"Es un compromiso del cristiano rezar siempre por las Iglesias que son perseguidas o por los lugares donde la evangelización no cuenta con todas las garantías del mundo libre", exhortó.