El Congreso de los Diputados ha sellado la aprobación definitiva de la Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos LGTBI, que permitirá el cambio de sexo con tratamientos hormonales y quirúrgicos desde los 16 años, sin contar con el permiso de los padres.
La conocida como Ley Trans, que hoy se ha ratificado, es una norma realizada por el Gobierno socialcomunista de España con el apoyo de los grupos de presión LGTBI (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales) e ignorando las prevenciones señaladas por los órganos consultivos.
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Tanto el Consejo de Estado como el Consejo General del Poder Judicial se han opuesto con firmeza a algunas de las disposiciones de la ley, en especial en lo referente a la desprotección de los menores.
Antes de esta ley de ámbito nacional, en España se han aprobado leyes autonómicas sobre la materia desde el año 2009.
Cambio a petición en el Registro Civil
La Ley Trans ratificada este jueves establece la posibilidad de modificar el nombre y el sexo en el Registro Civil a petición de la persona a partir de los 16 años.
Entre los 14 y los 16 años, este cambio deberá contar con el consentimiento de los padres o tutores legales. En caso de discrepancias, puede intervenir un juez.
Para aplicar estos cambios en el Documento Nacional de Identidad en niños entre 12 y 14 años también se hace obligatoria una autorización judicial.
Antes de los 12 años, no es posible la modificación en el Registro Civil, si bien la ley estipula que los menores han de ser tratados en los ámbitos en los que se encuentren conforme a la identidad sexual expresada.
En todo caso, se ha eliminado la necesidad de presentar un informe médico o psicológico que avale la consistencia de la autopercepción divergente con la naturaleza de cada individuo.
Hasta ahora también era necesaria la comprobación de llevar un tiempo consumiendo hormonas para bloquear el desarrollo sexual normal.
El proceso de cambio registral puede demorarse un máximo de cuatro meses y puede revertirse cuando hayan pasado seis meses desde la solicitud.
Cambio de sexo en menores
Respecto de los procesos de simulación quirúrgica de órganos sexuales, la norma considera la precaución general de que no estén al alcance de menores de 12 años. La excepción a este principio se establece en el caso de que "las indicaciones médicas exijan lo contrario en aras de proteger la salud de la persona".
Para niños entre 12 y 16 años, la ley prevé que se necesita acreditar un grado de madurez suficiente. Después de esa edad, no se requiere consentimiento paterno.
Otras medidas
La Ley Trans prohíbe cualquier forma de acompañamiento profesional o informal, aunque sea a petición del interesado, que suponga una reversión del proceso de modificación de la sexualidad natural.
También facilita el acceso de las personas LGTBI a los tratamientos de reproducción asistida, y permite la filiación de hijos a una pareja de lesbianas sin necesidad de tener un casamiento civil.
La norma introduce, además, la figura del "sexilio", referida a los casos en que personas LGTBI abandonan su lugar de residencia debido a una discriminación social.
División entre feministas
La tramitación de la norma ha dividido la unidad de acción de los diferentes grupos feministas en otros ámbitos. Esta división llevó incluso a que se frustrara un primer intento de aprobación de esta ley en el año 2021.
Algunas feministas critican la posibilidad de que se produzcan casos de hombres, acusados de delitos contra mujeres, que puedan declararse féminas para obtener beneficios legales e incluso penitenciarios.
O que hombres se inscriban en los campeonatos femeninos alegando que son mujeres, dando lugar a una desigualdad en la competición por la constitución natural del varón frente a la de la mujer.
Críticas desde la Iglesia
Diversos obispos se han manifestado a lo largo de los últimos meses en contra de las disposiciones de la Ley Trans.
El pasado mes de diciembre, el Obispo de Orihuela-Alicante, Mons. José Ignacio Munilla, ironizó sobre la ley al afirmar:
"¿No éramos científicos? ¿Cómo es posible que ahora pasemos por encima de la genética completamente? ¡A la porra con los cromosomas fascistas! A mí no me van a decir los cromosomas qué es lo que yo soy", expresó.