El Dr. Eugene Gan, profesor de la Universidad Franciscana de Steubenville, habló de los riesgos de la inteligencia artificial (IA) desde una perspectiva católica, y destacó que, aunque parezca humana, "no tendrá un alma".
En una entrevista publicada por el sitio web del Observatorio Vaticano, el Dr. Gan contó que su interés por esta tecnología nació hace 30 años, cuando elaboró un proyecto al que llamó "ART-ificial Intelligence", que consistió en enseñar a una máquina a crear arte basado en sus gustos personales.
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Como resultado, el también autor de numerosos recursos sobre la cosmovisión católica de las tecnologías de los medios creó un "yo virtual" con el que pudo sustentar una tesis de investigación.
Tras la reciente popularidad alcanzada por la herramienta ChatGPT, el Dr. Gan contó que le pidió a esta inteligencia artificial que escribiera una oración para Jesús. La IA compuso una plegaria cristiana en segundos.
ChatGPT es una inteligencia artificial desarrollada por la empresa OpenAI, capaz de dar respuestas completas sobre cualquier tema. Según sus desarrolladores, esta IA "responde a preguntas de seguimiento, admite sus errores, cuestiona premisas incorrectas y rechaza peticiones inapropiadas".
El Dr. Gan reflexionó sobre su experiencia con ChatGPT y su relación con "la armadura de Dios" descrita en el capítulo 6 de la carta de San Pablo a los Efesios, que termina con la expresión "orando en toda ocasión en el Espíritu".
El experto explicó que el programa puede generar una oración, pero no puede rezar, porque la inteligencia artificial no tiene conciencia.
Además, se preguntó si es apropiado llamar "inteligencia" a esta tecnología o si en verdad se trata "de un facsímil de lo que nosotros entendemos por inteligencia" entrenada con todo lo que encuentra en línea.
"Mi preocupación es cómo está entrenada", indicó el experto, porque "ChatGPT está muy sesgada a lo que llamamos 'la izquierda'".
"Si escribes algo que tenga que ver con homosexualidad o sexualidad, simplemente te guiará hacia una visión del mundo muy liberal, y cualquier cosa que sea conservadora la minimiza o la vuelve algo negativo", aseguró.
Sin embargo, invitó a los interesados en la inteligencia artificial "a que no tengan miedo, pero que estén vigilantes", porque esta herramienta "tiene buenos usos" con los que puede ser una ayuda a nuestra dignidad humana y no un reemplazo.
Finalmente, señaló que "la IA no tendrá un alma aunque se oiga y vea muy similar a un ser humano e incluso lo pongamos en un cuerpo robótico", porque en la realidad de las cosas "hay una hermosa singularidad de cómo Dios nos creó humanos".