Los obispos de América Latina rezarán por Nicaragua y por Mons. Rolando Álvarez, condenado a 26 años de cárcel por la dictadura de Daniel Ortega, a los pies de San Óscar Romero.
Los obispos del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) ofrecerán el lunes 13 de febrero una Misa en la Catedral de San Salvador, donde están los restos de San Óscar Romero, por las intenciones y la pronta libertad de Mons. Álvarez y varios sacerdotes nicaragüenses.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
La Misa se celebrará en el marco de la apertura de la asamblea regional de Centroamérica-México de la fase continental del Sínodo de la Sinodalidad.
En una carta publicada el 11 de febrero, Mons. Miguel Cabrejos, Arzobispo de Trujillo (Perú) y presidente del Celam, dijo que la Eucaristía será "expresión de la solidaridad y sensible fraternidad de nuestra Iglesia latinoamericana y caribeña con quienes se encuentran injustamente privados de la libertad en Nicaragua".
Los obispos de Guatemala también expresaron "su solidaridad con Monseñor Rolando Álvarez, pastor valiente y entregado a su pueblo y a sus ovejas, que enfrenta desde hace tiempo persecución y ahora condena por el régimen imperante en Nicaragua".
En ese sentido ofrecieron su "oración a Dios Todopoderoso pidiendo por ese hermano país y por todos los que sufren en él, de manera especial por Monseñor Rolando Álvarez, para que el Señor le asista en la prueba y le dé fortaleza en este tiempo en que tan injustamente está siendo tratado".
La dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua condenó el 10 de febrero al Obispo de Matagalpa, Mons. Rolando Álvarez Lagos, a 26 años y 4 meses de cárcel, acusado de ser "traidor a la patria".
La sentencia contra el Obispo Rolando Álvarez, a quien la dictadura también despojó de la nacionalidad nicaragüense, se dio solo un día después de que el régimen deportara a 222 presos políticos a Estados Unidos, entre quienes había varios sacerdotes y seminaristas.
Mons. Álvarez se negó a subir al avión de los deportados, según explicó el propio dictador Ortega.