El Cardenal Beniamino Stella, enviado a Cuba para conmemorar los 25 años de la visita de San Juan Pablo II, señaló en un discurso ante las autoridades cubanas que la libertad no puede estar subordinada a los cálculos de intereses o coyunturas.
El Purpurado asistió el miércoles a un acto en la Universidad de La Habana, en el que estuvieron presentes el presidente Miguel Díaz-Canel, autoridades universitarias cubanas y representantes de la cultura.
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"La historia del pueblo cubano ha tenido la dicha de que la independencia y la libertad surgieran juntas en el pensamiento de los fundadores de esta amada nación. No se puede subordinar la libertad a ningún cálculo de intereses o coyunturas o esperar a mejores tiempos para propiciarla", señaló el Cardenal Stella.
El arzobispo italiano, enviado por el Papa Francisco para conmemorar los 25 años de la visita de San Juan Pablo II, recordó que el venerable sacerdote cubano Félix Varela afirmaba que "la libertad nada teme cuando la virtud está segura".
"Ciertamente Cuba debe ser libre de toda injerencia y sujeción, así como debe ser también una Cuba donde sus hijos sean hombres y mujeres libres", añadió el Purpurado.
El Cardenal Stella era Nuncio Apostólico en Cuba en 1998, año en que el Papa Juan Pablo II se convirtió en el primer Pontífice en visitar la isla, que acababa de cumplir 39 años bajo el régimen comunista de Fidel Castro.
En ese sentido, recordó el discurso que el Pontífice polaco pronunció en la Universidad de La Habana hace 25 años, en el que "compartió una definición de la cultura que nos remite a las enseñanzas del Concilio Vaticano II en la Constitución pastoral Gaudium et spes".
San Juan Pablo II, citó el Purpurado, afirmó que "toda cultura tiene un núcleo íntimo de convicciones religiosas y de valores morales, que constituye como su 'alma'; es ahí donde Cristo quiere llegar con la fuerza sanadora de su gracia".
"Por ello –señaló hace 25 años el Pontífice–, la evangelización de la cultura es como una elevación de su 'alma religiosa', infundiéndole un dinamismo nuevo y potente, el dinamismo del Espíritu Santo, que lleva a la máxima actualización de sus potencialidades humanas. En Cristo toda cultura se siente profundamente respetada, valorada y amada; porque toda cultura está siempre abierta, en lo más auténtico de sí misma, a los tesoros de la Redención".
En ese sentido, el Cardenal Beniamino Stella añadió que "la fe cristiana se encarna en la cultura y de esta forma se convierte también en un hecho cultural, y la cultura en un hecho religioso".
"Por esta razón la fe está en relación constante con la cultura en la cual vive, no es un fenómeno intimista o privado, por lo que libra una lucha constante para que este espíritu de compromiso no se reduzca en concesiones", afirmó.
En su discurso recordó nuevamente al P. Félix Varela, sacerdote en proceso de beatificación y que contribuyó a la formación de la nación cubana, cuyos restos reposan en la Universidad de La Habana.
"Cuba tiene, en el venerable P. Varela, un magnífico paradigma en la relación fe y cultura, pues ya en él se nos desvela que la cultura cubana y la fe cristiana no brotaron en sus orígenes como dos realidades distantes o antagónicas sino bien articuladas entre sí".
El Cardenal Stella destacó que hace 25 años San Juan Pablo II "hizo referencia a esa raíz cristiana de la cultura cubana y los animó a encontrar en aquellos fundadores de la nacionalidad una inspiración para seguir trabajando por un porvenir en el que los cubanos puedan alcanzar una civilización de la justicia y de la solidaridad, de la libertad y de la verdad"
"Una civilización del amor y de la paz, que como decía el P. Varela, sea la base del gran edificio de nuestra felicidad", expresó.