El Obispo Auxiliar de Buenos Aires y Vicario Episcopal para la Pastoral en Villas y Barrios Populares, Mons. Gustavo Carrara, exigió justicia ante la muerte de Nayla, una niña de 4 años alcanzada por un disparo durante un tiroteo en una villa de la capital argentina.
"Como parroquia rezamos por Nayla, es una angelita en la presencia de Dios. Queremos rezar y acompañar a su familia en este inmenso dolor", expresó el Prelado a través de las redes sociales de la parroquia Madre del Pueblo, del Barrio P. Ricciardelli, conocido como Villa 1-11-14.
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"Pedimos justicia y decimos BASTA al tráfico de armas en nuestro barrio, que tanto mal y terror siembra entre los vecinos y vecinas", concluyó Mons. Carrara.
La niña de 4 años recibió un disparo en el tórax en la noche del martes 7 de febrero, cerca de las 22:00 horas, mientras jugaba con sus vecinas en la calle.
Los disparos, provenientes de un auto, fueron en total 32, y también hirieron a una joven de 19 años.
Los familiares y vecinos de Nayla se movilizaron en la tarde del miércoles sobre la Avenida Perito Moreno, cercana al lugar del crimen, para reclamar justicia.
En el mismo lugar, días atrás se había desarrollado una marcha de vecinos para solicitar la presencia de Gendarmería y otorgar mayor seguridad en la zona.
"Lo único que quiero es justicia por mi hija", exigió Alcira, la mamá de la niña, y afirmó: "Lo que queremos es gendarmes para que nos cuiden".
Según recoge Télam, Osvaldo, padre de Nayla, señaló: "¿Entre bandas se enfrentan y tiene que salir perjudicado un niño?". "Yo quiero justicia para el que bajó, disparó y mató a mi hija".
Infobae informó que, según fuentes judiciales, los sospechosos de matar a Nayla serían "una banda de delincuentes argentinos que se dedica a robar, y sin vínculos con los narcos de esa zona".
El ataque se investiga como "homicidio". El fiscal Eduardo Cubría dispuso también la intervención de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad, para que tome las declaraciones testimoniales en el hospital y en el lugar del crimen.
Las denominadas villas de emergencia, barrios populares o simplemente "villas" en Argentina son asentamientos de viviendas precarias, generalmente surgidas a partir de la ocupación de tierras, donde viven familias humildes y con muchas necesidades.
En las últimas décadas, el trabajo de la Pastoral de las Villas se enfoca particularmente en reducir la violencia y prevenir el consumo y la comercialización de drogas que se ha extendido mucho en estas zonas, a través de la tarea de los Hogares de Cristo.
En uno de sus documentos, el equipo de sacerdotes denunció que la villa es "zona liberada" para el narcotráfico, generando un "espiral de violencia" donde "las primeras víctimas son los mismos vecinos de la Villa".
Los sacerdotes también se han puesto al frente del reclamo por mejoras en las condiciones habitacionales que atraviesan las villas.