La asociación Provida en Castellón (España) denuncia el intento del gobierno regional de expulsarla de un local cedido en el que atienden a más de 300 mujeres vulnerables. "Estamos perseguidos", denuncia su vicepresidenta, Eva Vilarroig.
El Gobierno de la Generalidad Valenciana ha comunicado a Provida que revoca la cesión de un local alegando "la no utilización por parte de la entidad ocupante para el uso destinado".
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La vicepresidenta de la Asociación Castellonense para la Defensa de la Vida, Eva Vilarroig, detalla que la cesión se produjo el 18 de mayo de 2015 y que, en condiciones normales, no debía concluir hasta el año 2025.
En este sentido, la Consejería de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalidad Valenciana defiende que en el convenio existe la posibilidad de "recuperar el uso del inmueble, incluso antes de finalizar el plazo inicial establecido".
Al tiempo, Vilarroig explica en conversación con ACI Prensa que en realidad el local sí está en uso, en contra de lo alegado por la Consejería. La asociación trabaja en cuatro espacios, dedicados a diferentes funciones.
Uno es de la asociación. Otro, del Ayuntamiento de Castellón. El tercero está cedido por un particular, y el cuarto es propiedad del Gobierno regional. Desde la pandemia, modificaron la organización de su uso.
"Antes estábamos allí siempre abiertos, teníamos la oficina", explica Vilaroig, pero la trasladaron a otro de los espacios disponibles. En el local de la polémica "entre otras cosas hacemos el reparto de alimentos", detalla.
En concreto, cada año se reparten en él 35 toneladas de alimentos destinados "para que las mujeres más vulnerables de Castellón, con menores a su cargo, tengan una vida digna".
En ocasiones, también ha podido dar apariencia de cerrado porque son muchos los ratos en los que los voluntarios de Provida hacen labores sin estar de cara al público. Por ejemplo, cuando preparan las cestas con comida que reparten los martes.
Mujeres vulnerables
El gobierno regional tiene previsto destinar el local a un centro de atención 24 horas a víctimas de la llamada violencia de género dependiente del Instituto Valenciano de las Mujeres.
Vilarroig defiende que a las que atienden también son vulnerables y muchas han sufrido asímismo episodios de violencia en el ámbito doméstico. "Pero es que, además, todas están embarazadas o tienen niños pequeños, lo que todavía las hace más vulnerables".
Según ha publicado Provida, más del 80% de las mujeres que atienden en el local son derivadas desde los servicios sociales.
"A mí no me cuentes rollos"
Eva Vilarroig manifiesta que, como respuesta a un escrito que hicieron llegar a la Generalidad de Valencia explicando la labor que desarrollan, recibió una llamada desde la Consejería de Igualdad y Políticas Inclusivas en muy mal tono.
"Que no nos habéis dicho nada, que nos tenéis que dar la llave", recuerda Vilarroig que le indicaron. Cuando trató de explicar que se había enviado un informe completo de las actividades, le espetaron: "A mí no me cuentes rollos".
La vicepresidenta de Provida en Castellón fue entonces derivada a otra persona del Instituto Valenciano de las Mujeres. Allí obtuvo una respuesta "de forma muy maleducada" que recuerda así: "A mí no me contéis rollos, nosotros necesitamos el local, que es nuestro y lo necesita otra asociación. Así que vosotros tenéis que dar la llave y os buscáis la vida".
Así es como se decidieron a denunciar la situación de manera pública, tras lo que han recibido el apoyo de la sociedad castellonense y de algunos grupos políticos de la oposición, como el Partido Popular y VOX.
"Estamos muy agradecidos. Dios les bendiga"
Provida ha recibido multitud de muestras de apoyo. "Las beneficiarias han tenido una respuesta buenísima y nos han enviado vídeos súper emotivos", explica Vilarroig con satisfacción.
Las mujeres expresan qué significa Provida en sus vidas:
"Esta ayuda es por la que mis hijos toman leche, se alimentan. Me apena mucho que nos quiten esa ayuda que es muy importante para mis hijos y para mí", afirma una de ellas.
Otra destaca que en su familia están "muy preocupados", porque "Provida nos ha ayudado mucho con alimentación para adultos y para los bebés. Estamos muy agradecidos. Dios les bendiga".
"Es una mala noticia que vayan a cerrar el local de Santo Tomás. Provida para mí ha sido una mano amiga. O sea, un enviado de Dios que nos ha ayudado mucho a mí y a mi familia", comparte otra mujer que recurrió a la asociación cuando estaba embarazada de 5 meses.
Una cuarta se muestra agradecida porque "Provida me ha ayudado durante el embarazo y después de tener a mi niño para tener comida en la mesa".
Una madre soltera se muestra "agradecida con Provida por las ayudas que me han ofrecido. De verdad, suplico que no me quiten esa ayuda, porque no tengo trabajo y tengo una bebé".
Eva Vilarroig subraya que, aunque la cultura de trabajo de Provida es que "lo que haga tu mano derecha que no lo sepa la izquierda", esta polémica ha servido para que se conozca su labor callada de 35 años.
Y añade: "Ya no es solo que tenemos 40 voluntarios ayudando a todas estas mujeres, sino lo que la sociedad también está ganando en paz social. Porque estas mujeres, ¿qué tendrían que hacer si no tienen esta comida? ¿Robar?".
Provida sigue esperando una rectificación por parte del gobierno regional valenciano. De momento, solo se ha notado que, tras la denuncia pública, se ha presentado el martes de reparto de alimentos la policía municipal, que ha comenzado a poner multas a los coches.
"El domingo lancé los comunicados,el martes tuvimos reparto y ya vino la Policía", cuenta Vilarroig. Este miércoles, una voluntaria acudió al local y también fue sancionada.
"Estamos perseguidos, literalmente", concluye.