Mariella Enoc, presidenta del Hospital pediátrico Bambino Gesù de Roma, conocido como el "hospital del Papa", dimitió del cargo que había asumido el año 2015.
La noticia fue confirmada por un comunicado de prensa del hospital y por Vatican News.
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En su mensaje, Enoc señaló que, en los últimos días, se reunió con el Secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolin, y el último sábado por la tarde con el Papa Francisco, con el fin de expresarles que "sería útil para el bien del hospital adelantar el final" de su mandato.
Esto con el fin de "asegurarse de que la gran empresa de una nueva sede en el Janículo [colina de Roma] fuera asumida por quien hubiera tenido la responsabilidad de su finalización", dijo.
"El hospital está viviendo un momento de gran crecimiento y muchas iniciativas en marcha, y por eso creo que podemos entender que el mío es un acto de responsabilidad y de amor al Niño Jesús".
"En este momento me ayuda mucho la cercanía del Santo Padre", concluye el mensaje de Enoc.
Según Vatican News, el mandato de Enoc se renovó en 2017 y 2021, y expiraba el presente año con la aprobación del presupuesto operativo de 2023.
"Su compromiso de dar un nuevo impulso al hospital fue grande", indicó el medio oficial de la Santa Sede.
El informe de sostenibilidad del Bambino Gesù para el 2021 destaca cerca de 2 millones y medio de servicios ambulatorios, más de 31.500 cirugías y 300 transportes neonatales de emergencia.
También se lograron concretar 358 trasplantes de órganos, células y tejidos y siete implantes de corazón artificial.
"En cuanto a la actividad científica, los proyectos de investigación han aumentado un 28%, centrándose en las enfermedades raras y los tumores, y los ensayos clínicos un 50%, con 3.517 nuevos pacientes", destaca Vatican News.
El "hospital del Papa" se encuentra entre los hospitales pediátricos más importantes del mundo.
Fundado en 1869 por la duquesa Arabella Salviati, el hospital fue donado a Pío XI en 1924, con el objetivo de darle un futuro más estable.
Si bien el hospital está ubicado en Roma, en lugar de la Ciudad del Vaticano, está situado en un área extraterritorial administrada por la Santa Sede.