Un sacerdote, una religiosa y un seminarista se dirigieron al Papa Francisco este miércoles, en el marco de su visita apostólica a la República Democrática del Congo, para agradecer su presencia y pedir que interceda ante las dificultades que se viven en el país.
El P. Léonard Santedi, la religiosa Alice Sala y el seminarista Divin Mukama representaron a cientos de sacerdotes, diáconos, seminaristas, religiosas y consagrados que asistieron el 2 de febrero al encuentro de oración en la Catedral Nuestra Señora del Congo, en Kinshasa.
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La República Democrática del Congo alberga a más de 52 millones de católicos, incluidos más de 6.000 sacerdotes, 4.000 seminaristas y 10.000 religiosos/as, según las últimas estadísticas del Vaticano.
Durante su intervención, el P. Santedi le pidió al Pontífice interceder "a favor de la reconciliación y la paz" en su país, donde más de 120 grupos armados luchan por el control de la región oriental, un área rica en recursos naturales.
"En nuestro país de inmensos recursos, muchas personas viven en condiciones infrahumanas. Descubrir el rostro de Cristo en los rostros sufrientes de los pobres requiere de nuestra parte una mayor conciencia de nuestro deber de pastores", explicó.
Por otro lado, el P. Santedi agradeció la visita apostólica, ya que considera que da "nuevo impulso y vitalidad a la misión evangelizadora de la Iglesia" local.
"Debemos ser testigos de la justicia en un mundo que se hunde en la corrupción y las sentencias arbitrarias, debemos ser testigos de la caridad y la solidaridad en un mundo que explota a los pequeños y persigue intereses egoístas", destacó.
A su turno, la hermana Alice Sala comparó al Papa Francisco con el "buen samaritano", porque "ha venido a rescatar a un pueblo olvidado internacionalmente".
"Algunos vienen a nosotros para saquear nuestras riquezas y dejarnos medio muertos en el camino", lamentó la religiosa, que representó a más de 300 Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica congoleses.
"Siendo el Congo tierra de mártires, asesinatos y guerras auspiciadas y financiadas desde fuera, pedimos a vuestra Santidad que sea nuestro vocero en el mundo para que el bien de los pueblos prevalezca sobre el interés por nuestras riquezas naturales", exhortó la hermana Sala.
La violencia en el oriente de la República Democrática del Congo ha creado una grave crisis humanitaria con más de 5,5 millones de personas desplazadas de sus hogares, el tercer número más alto de personas desplazadas internamente en el mundo.
En ese contexto, la religiosa recordó que, "a pesar de este cuadro de múltiples injusticias, el Congo sigue siendo una tierra bendecida por Dios, una población generosa, amante de la oración, llena de vitalidad y esperanza".
"Pedimos vuestra oración y bendición para que permanezcamos fieles a nuestra vocación profética y seamos cada vez más testigos de perdón, reconciliación y comunión fraterna, comenzando por nuestras propias comunidades", concluyó.
Finalmente, Divin Mukama reconoció que "en el servicio" el seminarista congoleño "encuentra su alegría, a pesar de las crisis multidimensionales que están desgarrando nuestro país".
"La formación de los seminaristas en el Congo está marcada por las guerras y la violencia. Estos últimos traen consigo crisis morales, económicas y sociales. En este contexto, los seminaristas son verdaderos signos de esperanza" aseguró.
Otro problema al que se enfrenta la Iglesia, indicó, es el "fenómeno de la proliferación de iglesias pentecostales, las llamadas 'iglesias del renacimiento', que plantean un grave problema en relación con la crisis de identidad católica".
A ello se suma "la adicción a las redes sociales, cuyo abuso provoca la contaminación mental de los jóvenes. Los seminaristas no se salvan", acotó.
Mukama expresó al Papa Francisco que, quienes se preparan para el sacerdocio en su país, tienen "conciencia y compromiso en la construcción de una Iglesia que quiere ser sinodal, que camina siguiendo a Cristo, quien se presenta como Camino, Verdad y Vida".
"Que la Santísima Virgen María, Nuestra Señora del Congo y Reina de los Apóstoles, interceda continuamente por su ministerio pontificio. Dios bendiga a la República Democrática del Congo. ¡Gracias!", finalizó.