El Papa Francisco, a través de la Penitenciaría Apostólica, ha concedido a la Diócesis de Vitoria (España) un año jubilar con motivo del centenario de la coronación canónica de la Virgen de Estíbaliz que comenzará el próximo 6 de mayo y se alargará hasta el mismo día de 2024.
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El Obispo de Vitoria, Mons. Juan Carlos Elizalde, ha señalado en una carta pública que el jubileo "conlleva la concesión de la indulgencia plenaria a los que peregrinen al Santuario de Estíbaliz".
Mons. Elizalde espera que el año del jubileo sea "propicio para responder a la llamada del Espíritu Santo a caminar todos juntos con mayor fidelidad en el seguimiento de Cristo, escuchar con más intensidad la Palabra de Dios, favorecer a las personas vulnerables y purificar nuestro corazón de todo pecado".
El prelado anima, además, a recoger el lema de la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa, "María se levantó y se fue a toda prisa" (Lc 1,39), y aplicarlo a la celebración de este año de gracia.
"Celebrar el jubileo de Estíbaliz es poner a todos nuestros jóvenes junto a Ella y, al mismo tiempo, mirar todos hacia allí. Es orientar a toda la Diócesis de Vitoria peregrinando hacia Estíbaliz, donde Ella aparece más visiblemente como madre, modelo, figura y tipo de la Iglesia", ha señalado el obispo.
En ese empeño se va a esforzar toda la Diócesis desde el próximo domingo 19, en el que se celebrará una Misa en el Santuario de Estíbaliz que será el inicio de los trabajos preparatorios.
Mons. Elizalde también ha indicado que "es un momento de enorme esperanza en medio de nuestro proceso sinodal y trabajando por la renovación y remodelación de nuestra Diócesis. ¡Toda la Diócesis de Vitoria, en pie y aprisa, anunciando y viviendo la Buena Nueva!".
Comunidad benedictina casi centenaria
El día de la coronación canónica de la Virgen de Estíbaliz en 1923, se instaló en el Santuario una comunidad de monjes benedictinos que ha permanecido durante casi un siglo a cargo del lugar, hasta el pasado mes de septiembre.
Los últimos tres monjes de la Orden de San Benito tuvieron que abandonar el lugar por falta de vocaciones. Desde entonces, se hace cargo del Santuario el matrimonio compuesto por el diácono Manuel Arozamena y su esposa Ane Miren Eguizurain.
Después de que se realicen reformas en el santuario, la Diócesis prevé que se haga cargo del lugar una comunidad de consagradas, aunque aún no ha dado a conocer cuál.