A un mes del fallecimiento del Papa Emérito Benedicto XVI, se celebró una Misa en las grutas vaticanas.
La Eucaristía fue presidida por quien fuera el secretario de Benedicto XVI, Mons. Georg Gänswein, y concelebrada por varios sacerdotes, entre ellos el presidente de la Fundación Joseph Ratzinger, el P. Federico Lombardi SJ.
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La Santa Misa fue celebrada el 31 de enero a pocos metros de la tumba de San Pedro y de donde fue sepultado Benedicto XVI.
Según informó ACI Stampa (Agencia en italiano del Grupo ACI), Mons. Gänswein destacó durante la homilía que Joseph Ratzinger nació el 16 de abril, día de la muerte de San Benito José Labre, un santo francés al que tuvo especial devoción.
Al referirse a la espiritualidad de San Benito José Labre, Mons. Gänswein señaló que "hay que tener tres corazones unidos en uno: un corazón para el amor de Dios, un corazón para el celo por el prójimo y un corazón que dé testimonio de la belleza de la fe".
"Este fue también el secreto de la vida espiritual de Benedicto XVI. Solo hay una diferencia entre el santo francés -para quien no existía teología, solo adoración- y el Papa bávaro, para quien sí existía la teología y fue precisamente la teología la que le abrió la puerta a la adoración", resaltó el Prelado.
Asimismo, Mons. Gänswein indicó que Benedicto XVI confió "en el manso poder de la verdad" y añadió que sin ella "todas las reformas en la Iglesia se construyen sobre arena".
En esta línea, el Prelado alemán subrayó que Benedicto XVI "consideraba que su misión y su compromiso consistían en recordar y, si era necesario, también amonestar a teólogos y obispos para que no sucumbieran a corrientes teológicas peligrosas, sino que permanecieran en la unidad de la Iglesia universal y fieles al depositum fidei".
"Sabía que por esta actitud había cierta aversión contra su pontificado. Pero al mismo tiempo había desencadenado una gran ola de conversiones y vocaciones al sacerdocio y a la vida contemplativa", comentó Mons. Gänswein.
Al finalizar la Misa, los fieles presentes rezaron ante la tumba de Benedicto XVI.