El P. Luis Enrique Guillén, sacerdote católico desde hace más de 20 años, decidió dejar una carrera policial en la Dirección de Inteligencia y Seguridad Nacional (DIS) de Costa Rica para entregar su vida al Señor.
"La experiencia del sacerdocio es muy bonita. Ha habido de todo, pero puedo decir abiertamente, que nada de lo que ganaba antes se compara a lo que Dios me ha regalado en este ministerio", dijo el P. Guillén en una reciente entrevista concedida al canal costarricense Teletica.
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El presbítero contó que, antes de ser sacerdote, tuvo varios trabajos e incluso tuvo una novia.
"Al salir del colegio, mi primer trabajo fue como maestro de escuela. Posteriormente, me integré a un puesto en el Aeropuerto Juan Santamaría, en la sección aérea, para luego dedicarme por siete años a trabajar en la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS)", comentó.
La DIS es un órgano policial dependiente del Ministerio de la Presidencia de Costa Rica, y, de acuerdo a su reglamento, tiene entre sus funciones la "inteligencia e investigaciones" para "velar por la seguridad del Estado"
El hoy sacerdote señaló que "en la DIS trabajé siete años y por eso ahora mantengo el vínculo, pero como capellán. Después de trabajar ese tiempo, comenzamos todo el proceso de discernimiento vocacional".
El P. Guillén, de 52 años, contó que respondió al llamado de Dios a los 24 años de edad.
"A los 24 años, creo que la madurez y el paso de los años me hizo cuestionar sobre lo que quería, hacia dónde ir. Eso me hizo preguntarme: '¿Y por qué no aquello que había pensado alguna vez?'", recordó.
"En aquel entonces hasta tenía novia, hablé con mis papás y les dije que quería darme la oportunidad en el seminario, ya sean tres semanas, tres meses o tres años. Y aquí estoy, ya voy en camino a los 21 años de sacerdocio y 10 años de ser capellán de la Fuerza Pública de Costa Rica (policía)", agregó.
El P. Guillen también dijo que el sacerdocio significa aprender a renunciar a los bienes materiales y confiar plenamente en la Providencia.
"Es renunciar a tarjetas de crédito, a un salario mensual y empezar a depender mucho de la Providencia Divina, que se manifiesta a través de la acción caritativa de la gente o depender nuevamente, un poco, de la familia", contó.
Finalmente, subrayó que "Dios nunca falla, Él siempre es fiel", porque "siempre nos da lo que necesitamos".
El P. Guillén ha sido recientemente instalado como párroco de la parroquia San Antonio de Padua, en la ciudad de Curridabat, en la provincia de San José. Fue ordenado sacerdote el 19 de marzo del 2002.