En su primer discurso tras su llegada a la República Democrática del Congo, el Papa dijo "que este país y este continente merecen ser respetados y escuchados, merecen espacio y atención. No toquen la República Democrática del Congo, no toquen el África", afirmó.
En la tarde de este martes 31 de enero, primer día del 40° Viaje Apostólico del Papa Francisco en África, el Santo Padre se reunió con las autoridades, la sociedad civil y el Cuerpo Diplomático en el jardín del Palacio de la Nación de Kinsasa, capital de la República Democrática del Congo.
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En su discurso, dirigido a las autoridades y a algunos fieles presentes, el Papa aseguró sentirse "feliz de estar aquí" y subrayó las palabras del presidente, quien describió la guerra en el país como "un genocidio olvidado"
Lamentó que el país atormentado por la guerra, "sigue sufriendo, dentro de sus fronteras, conflictos y migraciones forzosas, y continúa padeciendo terribles formas de explotación, indignas del hombre y de la creación".
Peregrino de paz
Asimismo, dijo que ha llegado al país africano "en nombre de Jesús, como peregrino de reconciliación y de paz".
"Mucho he deseado estar aquí y por fin he venido para traerles la cercanía, el afecto y el consuelo de toda la Iglesia católica", señaló.
Además, el Santo Padre aseguró que "la Iglesia y el Papa confían en vosotros; que creen en vuestro futuro, en un futuro que está en vuestras manos y en el que merecen invertir los dones de inteligencia, sagacidad y laboriosidad que poseen".
En esta línea, el Papa Francisco dijo que "con la ayuda de Dios, los seres humanos son capaces de justicia y perdón, de concordia y reconciliación, de compromiso y perseverancia en el aprovechamiento de los talentos que han recibido".
"Por eso, desde el principio de mi viaje, quisiera hacer un llamamiento: que cada congoleño se sienta llamado a desempeñar su propia tarea", dijo el Papa.
Por ello, el Papa pidió "que la violencia y el odio no tengan ya cabida en el corazón ni en los labios de nadie, porque son sentimientos antihumanos y anticristianos que paralizan el desarrollo y hacen retroceder, hacia un pasado oscuro".
"¡Basta de asfixiar a África!"
En esta línea, el Papa Francisco denunció "el colonialismo económico" y lamentó que "es un drama ante el cual el mundo económicamente más avanzado suele cerrar los ojos, los oídos y la boca".
"Sin embargo, -continuó el Papa-, este país y este continente merecen ser respetados y escuchados, merecen espacio y atención. No toquen la República Democrática del Congo, no toquen el África", aseveró.
"¡Basta de asfixiar a África!", dijo a continuación el Santo Padre, que pidió que el país "sea protagonista de su propio destino".
Más tarde, el Papa alentó a "que se conozca lo que está pasando aquí. Que los procesos de paz que están en marcha, los cuales aliento con todas mis fuerzas, se apoyen en hechos y que se mantengan los compromisos".
Además, expresó su gratitud "a los países y organizaciones que proporcionan una ayuda sustancial en este sentido, contribuyendo a combatir la pobreza y las enfermedades, defendiendo el estado de derecho y promoviendo el respeto de los derechos humanos".
El Santo Padre también advirtió acerca del tribalismo y la contraposición y defendió que "nuestro Padre del cielo quiere que sepamos acogernos como hermanos y hermanas de una misma familia y que trabajemos por un futuro que sea junto con los demás, no contra los demás".
El Papa explicó que "el poder sólo tiene sentido cuando se convierte en servicio" y animó a huir "del autoritarismo, del afán de ganancias fáciles y de la avidez del dinero".
"No debemos dejarnos manipular ni comprar por quienes quieren mantener al país en la violencia, para explotarlo y hacer negocios vergonzosos; esto sólo trae descrédito y vergüenza, junto con muerte y miseria".
"La educación es fundamental"
Además, aseguró que "la educación es fundamental, es la vía hacia el futuro, el camino que hay que tomar para alcanzar la plena libertad de este país y del continente africano".
En este sentido, el Papa dijo que "es urgente invertir en ella para preparar sociedades que sólo se consolidarán si están bien instruidas, que serán autónomas sólo si son plenamente conscientes de sus potencialidades y capaces de desarrollarlas con responsabilidad y perseverancia".
"Sin embargo, muchos niños no van a la escuela; ¡cuántos, en lugar de recibir una educación digna, son explotados! Demasiados niños mueren, sometidos a un trabajo esclavizador en las minas", lamentó.
El Papa Francisco invitó a que "no se escatimen esfuerzos en denunciar la lacra del trabajo infantil y acabar con ella".
Por último, concluyó con esperanza y aseguró que "el Dios de todas las posibilidades que siempre da la fuerza para volver a empezar, en nombre de la dignidad y del valor de los diamantes más preciosos de esta espléndida tierra, que son sus ciudadanos, quisiera invitarlos a todos a un reinicio social valiente e inclusivo".