Un día como hoy en el año 1949, hace ya 74 años, el Papa Pío XII anunció al mundo el hallazgo de la tumba de San Pedro en las grutas vaticanas.
En su mensaje por radio, el Pontífice dijo: "La cuestión esencial es ésta: ¿Se ha encontrado realmente la tumba de San Pedro? A esta pregunta, la conclusión final de los trabajos y estudios responde con un 'sí' muy claro. Se ha encontrado la tumba del Príncipe de los Apóstoles".
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El experto en arqueología cristiana, Olof Brandt, describió este hecho como "uno de los misterios arqueológicos más intrigantes del siglo XX".
La tumba del primer Papa de la Iglesia se encontró durante las excavaciones para construir la tumba del Papa Pío XI, fallecido en 1939.
Para poner fin al debate sobre la existencia o no de los restos de San Pedro en el Vaticano, el Papa Pío XII promovió una gran excavación arqueológica en el subsuelo de la Basílica en el año 1940, que concluyó San Pablo VI.
Durante estos trabajos en las grutas vaticanas, los arqueólogos encontraron una necrópolis romana. Además, justo debajo del altar de la Basílica, dieron con un monumento destinado a conmemorar al Apóstol San Pedro.
Sin embargo, la tumba se encontraba vacía y no se hallaron los restos de San Pedro. No obstante, el monumento funerario tenía diversos graffitis cristianos, lo cual indicaba que había pertenecido a un importante mártir cristiano. La inscripción "Petrus Eni" (Aquí está Pedro), indicaba su identidad.
Es encima de ese monumento donde, en una estructura de la época de la Basílica constantiniana, se encontró una urna con una serie de restos óseos envueltos en un paño de púrpura, color de los emperadores romanos pero también de los mártires cristianos. Los huesos, como consecuencia del paño que los envolvía, estaban teñidos de rojo.
Investigaciones posteriores revelaron que, si bien resulta imposible atribuir esos restos a una persona concreta con total seguridad, sí se podía certificar que pertenecieron a un hombre que vivió en el primer siglo del cristianismo y de características físicas similares a las que se atribuyen a San Pedro.