En la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco habló del "asombro" que procede de la gracia del Señor y aseguró que "Dios es un maestro de las sorpresas, siempre nos sorprende y nos espera".
Como cada miércoles, el Papa Francisco presidió la Audiencia General ante los fieles que le escuchaban en el Aula Pablo VI del Vaticano.
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Este 25 de enero, el Santo Padre continuó con su ciclo de catequesis sobre evangelización y hoy habló acerca de Jesús como modelo de anuncio.
Tomando como ejemplo el primer anuncio de Jesús en la sinagoga de Nazaret, el Papa destacó 5 elementos esenciales:
Alegría
"No se puede hablar de Jesús sin alegría, porque la fe es una estupenda historia de amor para compartir", destacó el Pontífice.
"Testimoniar a Jesús -continuó-, hacer algo por los otros en su nombre, es decir entre las líneas de la vida que uno ha recibido un don tan hermoso que no hay palabras suficientes para expresarlo".
Además, señaló que "un cristiano triste puede hablar de cosas muy hermosas, pero todo es vano si el anuncio que transmite no es alegre".
Liberación
En segundo lugar, el Papa Francisco advirtió que "quien anuncia a Dios no puede hacer proselitismo, no puede presionar a los otros, sino aligerarlos: no imponer pesos, sino aliviar de ellos; llevar paz, no sentimientos de culpa".
"Quien testimonia a Cristo muestra la belleza de la meta, más que la fatiga del camino", afirmó.
Como ejemplo de ello, indicó que "al contarle a alguien sobre un bonito viaje que hemos hecho, habremos hablado de la belleza de los lugares, de lo que hemos visto y vivido, ¡no del tiempo que tardamos en llegar ni de las colas del aeropuerto!".
Luz
A continuación, el Papa Francisco recordó que Jesús vino a traer la vista a los ciegos, aunque "no se trata solo de la vista física, sino de una luz que hace ver la vida de forma nueva".
El Papa definió esta luz como un renacimiento que solo sucede con Jesús y aseguró que con su llegada "la vida ya no es un ciego avanzar hacia la nada".
"No es cuestión de suerte o fortuna, no es algo que dependa de la casualidad o de los astros, y tampoco de la salud y de las finanzas, sino del amor del Padre", añadió.
Sanación
Más tarde, el Papa habló acerca de la sanación de aquellos que tienen fatigas, enfermedades, sentimientos de culpa, etc, y explicó que "con Jesús este mal antiguo, que parece invencible, ya no tiene la última palabra".
"Lo que nos oprime, sobre todo, es precisamente ese mal que ninguna medicina o remedio humano puede resanar: el pecado", dijo el Santo Padre.
En esta línea, defendió que Dios siempre se olvida de todos los pecados perdonados y sin pedir nada a cambio. "Quien lleva pesos necesita una caricia sobre el pasado, necesita perdón", aseguró.
Asombro
Por último, el Papa Francisco se refirió al asombro de la gracia y explicó que "no somos nosotros los que hacemos grandes cosas, sino que es la gracia del Señor que, también a través de nosotros, realiza cosas imprevisibles".
Además, "Dios es un maestro de las sorpresas, siempre nos sorprende y nos espera".
"El Evangelio, -continuó el Pontífice-, va acompañado de un sentido de maravilla y de novedad que tiene un nombre: Jesús".
A modo de conclusión, recordó que nuestra vida es "una invitación al amor" y aseguró que el Evangelio y la Buena Nueva deben dirigirse a los pobres.