En un ensayo publicado esta semana, el Cardenal Mario Grech, Secretario General del Sínodo de los Obispos, aseguró que el Papa Benedicto XVI fue incomprendido a lo largo de su vida y ministerio.
En la edición italiana del 17 de enero de L'Osservatore Romano, el Purpurado expresó que Benedicto XVI "a menudo seguía siendo una voz incomprendida. Y esto ha sido una constante en la vida, la teología y el papado de Joseph Ratzinger".
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El Cardenal maltés comparó a Ratzinger -el futuro Papa Benedicto XVI- con el payaso de una famosa parábola del filósofo Kierkegaard. Este payaso intentaba dar la alarma de un incendio que se desató en el circo y rogaba por ayuda para extinguirlo. Sin embargo, la gente del pueblo no lo tomaron en serio, sino que se rieron de él.
El Cardenal Grech señaló que el profesor Ratzinger empezó su libro de 1968, "Introducción al cristianismo", con esta misma historia, comparando la experiencia de los creyentes cristianos de la época con la experiencia del payaso incomprendido.
"Aunque Ratzinger nunca lo dijo tan explícitamente, vislumbró cierta identificación, o al menos una similitud, entre la historia del payaso y la historia personal del Papa teólogo bávaro", apuntó el Cardenal.
Ratzinger y su familia no fueron entendidos cuando resistieron a la Alemania nazi, recordó el Cardenal Grech.
Tampoco se entendió a Ratzinger cuando, en el período posterior al Concilio Vaticano II, cuestionó si ciertas reformas propuestas eran para el bien de la Iglesia, lo que provocó que perdiera amigos en el camino.
El Cardenal Grech planteó que Ratzinger también fue malinterpretado en Roma como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ya que tenía la reputación de ser rígido e inflexible.
"Ratzinger no fue entendido incluso cuando renunció [como Papa]", continuó el Cardenal. "Su figura y memoria a veces se usan y politizan para crear un antagonismo entre el Papa Benedicto y el Papa Francisco".
"Estos pocos ejemplos muestran claramente cómo la incomprensión fue un factor constante en la vida y misión de este hombre", apuntó.
Ratzinger, por lo tanto, tenía ante sí dos opciones, indicó el Cardenal Grech: "Seguir buscando la verdad, es decir, al mismo Jesucristo, con el riesgo de no ser comprendido por el mundo contemporáneo; o no comprometerse con la verdad y dejar de ser visto como el payaso en la historia de Kierkegaard".
"Para Ratzinger, la respuesta era obvia. Nunca estuvo dispuesto a dejar de buscar la verdad, costara lo que costara. En su búsqueda, el Papa Benedicto XVI no buscaba conceptos filosóficos, sino a Jesucristo", subrayó.
Para el Purpurado, el amor de Benedicto por "este Dios, por su encuentro con Jesús, fue lo que guio toda su vida"
"En efecto, como decía, 'al comienzo del ser cristiano no hay una decisión ética o una gran idea, sino el encuentro con un acontecimiento, con una persona, que da a la vida un nuevo horizonte y, por tanto, la decisiva dirección' (Deus caritas est). Esta Persona es Jesucristo", agregó.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.