Una encendida polémica se reabrió en Cataluña ante el anuncio de la Consejería de Salud de la Generalitat de impulsar en la región una nueva campaña de educación sexual que incluye la instalación de las máquinas expendedoras de preservativos en los centros de estudios y en los locales de ocio frecuentados por jóvenes.

Ante el incremento de casos detectados en adolescentes por VIH en Cataluña, la consejera de Salud, Marina Geli anunció la realización de una campaña publicitaria destinada a la población general sobre el riesgo de transmisión del virus del Sida, así como otra de tipo educativo durante el próximo curso escolar destinada a los estudiantes de institutos y colegios de Cataluña.

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Como parte de esta iniciativa, la Generalitat pretende instalar máquinas de preservativos en los institutos, iniciativa que el gobierno de Convergéncia i Unió (CiU) detuvo por la oposición de los colectivos de padres y colegios católicos. “Nunca hemos desertado, aunque las instalaremos, siempre con el acuerdo previo del consejo escolar del centro”, precisó la consejera.

Aún así, Geli advirtió que en aquellos centros que no acepten la instalación de máquinas de preservativos “no dejaremos de reforzar e impulsar programas de salud sexual para los alumnos”. Asimismo el gobierno catalán pretende aumentar el número de máquinas expendedoras en las estaciones regionales y nacionales de ferrocarriles, así como de los bares, pubs y discotecas, espacios de ocio frecuentados por los jóvenes.

Geli también anunció la ejecución de una campaña de educación de salud sexual para las mujeres que ejercen la prostitución y sus clientes. El gobierno catalán “no puede esconderse como una avestruz” ante esta realidad y hasta que “no se consiga el primer objetivo: que nadie tenga que dedicarse a la prostitución”, añadió la consejera.

Antigua intención, antigua oposición

La intención del gobierno de la Generalitat no es nueva, ni tampoco la abierta oposición de diversos sectores de la sociedad catalana.

En febrero de este año, el director general de Salud Pública de la Generalitat, Antoni Plasencia, apostó por hacer “más accesible” el preservativo en el ámbito educativo y de ocio de los adolescentes, aún temiendo la reacción de los padres de familia.

En sus declaraciones, el funcionario del actual gobierno socialista de Cataluña fue premeditadamente ambiguo al tener en cuenta la polémica que originó este mismo asunto hace dos años.

el rechazo que expresaron muchas entidades