El P. Juan Carlos Gavancho, sacerdote peruano de la Arquidiócesis de Chicago (Estados Unidos), publicó una canción en homenaje a Benedicto XVI en la que resume los momentos claves de su vida y pontificado.
"Muchas gracias Benedicto" es el nombre de la canción que el P. Gavancho publicó tras la muerte del Papa, pero que compuso poco después de su renuncia.
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"Escribí en ese tiempo esta canción 'Muchas gracias Benedicto' en la que trato, a través de 4 estrofas y un coro, resumir el pontificado y la vida de este gran hombre" declaró a ACI Prensa el P. Gavancho.
El sacerdote peruano es un gran admirador del legado de Benedicto XVI, a quien estudió en profundidad cuando hizo su licenciatura en cristología en el Seminario de Mundelein, Saint Mary of the Lake, en Chicago.
"Leí casi todos sus libros para hacer ese trabajo de licenciatura", explicó el sacerdote peruano, pues "siempre me he sentido muy identificado con su teología, con su persona, con su trabajo".
El P. Gavancho dijo que en su canción "trato de hablar de lo que fue Benedicto: sus escritos, su humildad, su carácter afable, su cariño, y de la convicción profunda que él tenía de que no había caridad sin verdad".
"La caridad es muy importante, pero, como escribió Benedicto, la práctica sin conocimiento es ciega y solamente conduce al abismo. Ortopraxis y ortodoxia se necesitan mutuamente para poder hacer el bien y convertirse en Evangelio; de lo contrario, se convierte simplemente en política, en ideología", detalló el sacerdote.
El sacerdote de la Arquidiócesis de Chicago también dijo que en la canción intentó plasmar el amor de Benedicto XVI por la liturgia y en su énfasis de devolver a Jesús al centro de la Santa Misa.
"Todo era el centro: el sacerdote, la gente, los carismas, la comunidad, los gustos, las preferencias. A Cristo se le dejó de lado. Entonces poner a Cristo en el centro de la liturgia fue una tarea fundamental de Benedicto XVI", afirmó.
Finalmente, el P. Gavancho manifestó su deseo de que "las personas que escuchen la canción se queden con esa figura tan grande del Papa Benedicto que no buscó los aplausos ni la aceptación, ni las multitudes, sino que buscó cumplir con su misión: proclamar la verdad predicar la fe mantener la fe y darle a la verdadera tradición el papel que necesita".