El de ayer jueves ha sido el último funeral de un Papa celebrado por su sucesor, es decir las exequias presididas por el Papa Francisco por el alma de Benedicto XVI.

El último antes del de ayer ocurrió en 1802. Pío VII celebró el funeral de Pío VI en la Basílica de San Pedro.

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Andrea Tornielli, director editorial del Vaticano, explicó en Vatican News que Pío VI, cuyo nombre de pila era Giannangelo Braschi y que fue elegido Papa en 1775, murió en el exilio en 1799 en Valence (Francia), como prisionero de Napoleón.

Ese año hubo un funeral luego de la muerte y los novendiali, es decir los nueve días de sufragio antes del cónclave, se celebraron en Venecia, donde se realizaría la elección del nuevo Papa.

Pío VII fue elegido el 14 de marzo de 1880 y pidió que los restos de Pío VI fueran llevados a Roma.


Papa Pío VI. Crédito: Museos Vaticanos

Los restos fueron desenterrados en diciembre de 1801. Primero viajaron de Valence a Marsella; y luego en barco hasta Génova en Italia. En su camino hasta Roma se realizaron exequias solemnes.

El 17 de febrero de 1802 ocurrió "la magnífica entrada triunfal a Roma", con los cardenales esperando los restos del Papa Pío VI en el Puente Milvio.

La Misa de funeral se celebró en la Basílica de San Pedro en presencia del Papa Pío VII.

Sin embargo, el gobierno de Francia pidió explícitamente que el corazón y el llamado precordium, órganos y formaciones que rodean al corazón y que eran considerados la sede de los afectos y los sentimientos.

Estos restos fueron devueltos a Valence en un largo viaje en 1802.

Tornielli precisa que en 1811 el corazón fue devuelto a Roma.