El P. Alberto Reyes, de la Arquidiócesis de Camagüey (Cuba), llamó a los cubanos "a volver el corazón y el rostro a Dios" para involucrarse en los cambios que necesita el país, que empezó el 2023 "con los mismos discursos vacíos" del régimen comunista que no llevan a nada nuevo.
"No podemos dejarle todo a Dios, porque Dios trabaja en equipo. A nosotros nos toca hacer todo lo posible por vivir en la verdad, por defender la justicia, por reclamar una y otra vez nuestro derecho a una vida digna, libre y próspera", expresó el sacerdote en una columna publicada el 4 de enero en su cuenta de Facebook.
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El P. Reyes denunció que Cuba empezó "el 2023 con los mismos discursos vacíos y ridículos a los que ya estamos acostumbrados: esforzarse, luchar, ser creativos, hacer más con menos (…) versiones múltiples del 'resistir y vencer'", frase usada por el gobierno para decir que no habrá cambios.
"'Resistir y vencer' no significa otra cosa que 'tendrás que sobrevivir como puedas', hasta que termine este año y se te repita lo mismo de otro modo", expresó.
En ese sentido, añadió que Cuba empezó el nuevo año sin la llamada "voluntad política" para que "se realice un cambio que permita un mejoramiento real de la vida de la gente"; pero sí "con las cárceles llenas de presos políticos, sobre los cuales no parece que haya una intención de amnistía".
El país también inició el 2023 con "un alto grado de robo y violencia", escasez de alimentos y medicinas, "una inflación galopante" y un pueblo "que cada vez más concibe la emigración como el único modo de resolver sus problemas", denunció el sacerdote.
Ante estas situaciones, el P. Alberto Reyes llamó a los cubanos a tomar conciencia de que "nuestra oscuridad como nación empezó el día en que le dimos la espalda (a Cristo) y aplaudimos una ideología que proclama la inexistencia de Dios y las maravillas de un mundo donde 'por fin' se destierra a Dios".
"A nosotros nos toca desterrar la violencia y las actitudes agresivas, nos toca hacer todo lo posible por ayudar al otro y no aprovecharnos de su necesidad. A nosotros nos toca aprender a volver el corazón y el rostro a Dios", expresó.