El Arzobispo alemán Georg Gänswein, secretario personal de Benedicto XVI, indicó que el Papa Emérito murió durante su tiempo litúrgico favorito.
En una emotiva entrevista concedida a Vatican News el 4 de enero, Mons. Gänswein resaltó que Benedicto XVI "murió en la octava de Navidad, su tiempo litúrgico favorito, en el día de uno de sus predecesores: San Silvestre, Papa bajo el emperador Constantino".
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La octava de Navidad se celebra en la Iglesia del 25 de diciembre al 1 de enero, día en que se celebra la Solemnidad de María Madre de Dios.
El Arzobispo recordó además que Benedicto XVI fue "elegido en la fecha en que se conmemora a un Papa alemán, San León IX, de Alsacia; murió en el día de un Papa romano, San Silvestre".
Apenas ocurrida la muerte del Papa Emérito, el Arzobispo alemán dijo a los presentes que llamaría de inmediato al Papa Francisco, para que fuera "el primero en saberlo. Lo llamé y me dijo: '¡Voy inmediatamente!'".
"Luego vino, lo recibí en el ingreso, lo acompañé al dormitorio donde murió y les dije a todos: 'Quédense'. El Papa saludó, le ofrecí una silla, se sentó junto a la cama y rezó. Dio la bendición y luego se despidió y lo acompañé al ingreso. Esto ocurrió el 31 de diciembre de 2022", relató el secretario de Benedicto XVI.
Los últimos instantes de Benedicto XVI
Mons. Gänswein contó que las últimas palabras de Benedicto XVI "¡Señor, te amo!", no las oyó sino que se las dijo un enfermero, que las escuchó alrededor de las 3 de la mañana del 31 de diciembre.
"Normalmente, rezábamos las alabanzas delante de su cama: también aquella mañana le dije al Santo Padre: 'Hagamos como ayer: yo rezo en voz alta y usted se une espiritualmente'. De hecho, ya no le era posible rezar en voz alta, estaba realmente cansado. Allí sólo abrió un poco los ojos –había entendido la pregunta– y asintió con la cabeza. Así que empecé", contó el Arzobispo.
"Hacia las 8 empezó a respirar cada vez con más dificultad. Había allí dos médicos -el Dr. Polisca y un reanimador- y me dijeron: 'Tememos que ha llegado el momento que tenga que soportar su última lucha en la tierra'. Llamé a las Memores (Domini) y también a la hermana Brígida, les dije que vinieran porque estaba agonizando. En ese momento estaba lúcido", continuó el Prelado.
"Yo había preparado de antemano las oraciones de acompañamiento para el moribundo, y rezamos durante unos 15 minutos, todos juntos, mientras Benedicto XVI respiraba cada vez con más dificultad, cada vez veía que no podía respirar bien. Entonces miré a uno de los médicos y le pregunté: 'Pero, ¿está agonizando?'. Me dijo: 'Sí, ha empezado, pero no sabemos cuánto durará'", relató Mons. Gänswein.
El Prelado alemán dijo finalmente que siguieron las oraciones "y a las 9.34 horas (Benedicto XVI) exhaló su último suspiro. Luego continuamos las oraciones ya no por el moribundo sino por el muerto. Y concluimos cantando Alma Redemptoris Mater".