La cruz monumental instalada en la década de 1940 en el parque de Ribalta de Castellón (España) ha sido trasladada a la explanada frente a la iglesia de Santo Tomás de Villanueva, del barrio de Rafalafena, al ser considerada un vestigio del franquismo.
Solo dos días antes, un juzgado de lo Contencioso-Administrativo rechazó las medidas cautelarísimas planteadas por la Fundación de Abogados Cristianos para la paralización del traslado.
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Lo hizo alegando que "no veía inminente la retirada de la Cruz", según ha denunciado el director de campañas de Abogados Cristianos, Norberto Domínguez, cosa que ha quedado comprobada al paso de unas pocas horas.
Domínguez precisó que "la Cruz del Ribalta es un símbolo religioso cristiano y punto. No es nada más. Retirarla solo ha generado odio, división y crispación en los castellonenses".
Frente a las motivaciones del Ayuntamiento de Castellón, que incluyó en 2021 la cruz en el catálogo de vestigios franquistas de la ciudad, Domínguez alega que "no hay necesidad de trasladar un símbolo religioso que no tiene ninguna significación política desde hace 40 años".
En efecto, si bien el monumento fue construido en 1944 en memoria de los "Caídos por Dios y por España", desde 1978, ya en democracia, un acuerdo municipal dedicó el monumento a "las víctimas de la violencia", eliminando cualquier significación controvertida.
Las catalogaciones de "vestigios franquistas" se realizan como consecuencia de la Ley de Memoria Histórica impulsada por el gobierno socialcomunista de España para eliminar cualquier rastro del régimen de Francisco Franco, que gobernó España tras la Guerra Civil.
Durante la Guerra Civil Española, entre 1936 y 1939, fueron asesinados 13 obispos, más de cuatro mil sacerdotes y más de dos mil religiosos, junto a miles de laicos fusilados a manos del Frente Popular -anarquistas, socialistas y comunistas- por ser católicos.
Preguntados por el traslado a un espacio propiedad del Obispado, desde Abogados Cristianos se afirma que "si argumentan que es un símbolo fascista, que no lo es, lo va a ser aquí y en cualquier otra plaza".
Además, Domínguez subraya que "la Ley de Memoria Histórica no ampara el derribo de símbolos religiosos".
Por tanto, van a solicitar a los partidos políticos que se comprometan a reubicar el monumento en su emplazamiento original de cara a las próximas elecciones municipales del mes de mayo.
Con el traslado de este miércoles parece concluir una batalla legal y social en torno a la Cruz del Parque de Ribalta que se ha alargado durante 4 años.
Sin embargo, la Fundación de Abogados Cristianos afirma que va a estudiar nuevas acciones legales para intentar su recolocación en la ubicación original.