El Obispo de Mar del Plata (Argentina), Mons. Gabriel Mestre, que acompaña a familiares y allegados de Fernando Báez Sosa, asesinado en 2020 a la salida de un boliche en la localidad balnearia de Villa Gesell, hizo un llamado a la justicia y a no buscar venganza.
Fernando Báez Sosa, de 18 años, fue asesinado a golpes por un grupo de jóvenes en la madrugada del 18 de enero de 2020 en las inmediaciones de la discoteca Le Brique, de Villa Gesell.
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Los acusados del crimen son 8 jóvenes de alrededor de 20 años y se enfrentan desde el lunes 2 de enero a un juicio oral y público por los delitos de "homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas" y "lesiones leves".
El Obispo de la Diócesis de Mar del Plata, Mons. Gabriel Mestre, que desde el momento del asesinato acompaña a la comunidad de Villa Gesell y a la familia de la víctima, dialogó con ACI Prensa y se refirió a la necesidad de justicia.
"Desde el momento cero", recordó el Obispo, "de manera personal y a través del párroco de Villa Gesell, P. Pablo Bosisio, y de los laicos del lugar, buscamos acompañar esta situación, como tantas otras situaciones dolorosas que a veces tocan la vida social, cultural de las distintas comunidades".
Incluso el Papa Francisco envió un mensaje al Obispo, al cumplirse un mes del asesinato: "Quiero asegurarte mi compañía espiritual ese día. También yo celebraré la Eucaristía por Fernando y sus padres", expresó el Santo Padre.
"De cara a una realidad de este tipo, lo primero es pedir a Dios por el eterno descanso, en este caso de Fernando Báez Sosa, para que realmente el Señor lo tenga en su gloria", reconoció Mons. Mestre.
"Este ruego tiene que ver con la fe cristiana, y los papás de Fernando son cristianos católicos, devotos de la Virgen, eso lo tuvieron claro y la Iglesia con ellos vive esta realidad", explicó.
En segundo lugar, se refirió al pedido de justicia "por caminos y medios justos".
"La mamá de Fernando, Graciela, dice: 'Quiero justicia y no venganza'", citó Mons. Mestre.
En esa línea, el mensaje de la Iglesia "anima a la justicia humana, que por carriles justos otorgue a cada uno lo que le corresponde, poniendo en manos de Dios, como Justo Juez, la realidad de cada persona, pero nunca entrando en la dinámica de la venganza".
Los papás de Fernando, precisó el Prelado, "lo han manifestado públicamente más de una vez a lo largo de estos tres años, y en los últimos días, con el inicio del juicio, mantienen y confirman esta postura, que la Iglesia acompaña: justicia sí, venganza no", sostuvo.
En tercer lugar, y haciendo alusión a la experiencia dramática que "vemos con tanto dolor y estupor", a través de "infinidad de filmaciones de lo que aconteció con este acto de violencia que termina en el asesinato de Fernando", el Obispo hizo hincapié en el mensaje de la fe de la Iglesia.
En ese sentido, animó, a partir de estas experiencias, a "romper ese círculo vicioso de violencia que se vive en varios ámbitos y en distintos niveles de nuestra sociedad".
"Como pastor me pongo al frente de ese compromiso y en clave educativa lo quiero compartir y animar en todas las comunidades de la Diócesis", aseguró.
"Claramente nunca la violencia es el camino, nunca es la respuesta, y menos estos círculos de violencia que dañan a las personas y a las comunidades", concluyó.