El subsecretario del Consejo Pontificio de la Cultura, Mons. Melchor Sánchez de Toca, contó a ACI Prensa cuál fue su petición ante el cuerpo de Benedicto XVI en la Basílica de San Pedro.
El cuerpo de Benedicto XVI, fallecido el 31 de diciembre de 2022, se encuentra desde el 2 de enero de este año en la Basílica de San Pedro, para que los fieles católicos puedan rezar por él y darle un último adiós.
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El sacerdote español dijo que pidió a Benedicto XVI "una muerte como la suya; una muerte serena y lúcida".
Además, pidió tener "la misma confianza que él dijo que tenía a la hora de presentarse ante el juez y rendir cuentas".
"El Papa Benedicto se ha apagado, como una vela, llevaba consumiéndose mucho tiempo. Ha tenido, creo, la muerte que querríamos todos", dijo el sacerdote.
Recordó además que Benedicto XVI "estuvo muy lúcido hasta el día anterior, participó en la Misa y simplemente se apagó como una velita a la que ya no queda más".
"Yo he tenido el privilegio de trabajar con él desde el año 2005 hasta su renuncia en el año 2013", señaló a continuación.
Antes de que Benedicto XVI fuera elegido Papa, Mons. Melchor Sánchez de Toca tuvo la oportunidad de trabajar con él en el Pontificio Consejo de la Cultura, donde pudo escucharlo de primera mano en las plenarias.
"Siempre lúcido, y sobre todo con una atención especial al problema de la relación entre la fe y la cultura, que ha sido uno de sus grandes temas, junto al de la razón abierta y el logos, la fe razonable y la cultura", explicó a ACI Prensa.
Asimismo, señaló que durante 10 años, el Papa Emérito se retiró "para rezar y prepararse para el día que se presentara ante su juez".
Breve biografía
Mons. Melchor Sánchez de Toca nació en Jaca, España, y es sacerdote de la Arquidiócesis de Toledo desde 1993.
Estudió filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, donde se graduó en 1989. Posteriormente cursó estudios de teología en el Estudio Teológico "San Ildefonso" de Toledo, y en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, donde obtuvo la Licenciatura en Teología Bíblica en 1996, con especialización en el Nuevo Testamento.
Posteriormente, consiguió el Doctorado en la misma Universidad en 2006 con una tesis sobre el Diálogo Fe-Cultura en el Concilio Vaticano II y su recepción en la Iglesia.
Especializado en las implicaciones culturales y pastorales de la cultura científica, ha publicado diversos estudios acerca de la historia y filosofía de la ciencia en su relación con la religión y la teología.
En 1998 pasó a prestar servicio en la Santa Sede en el Consejo Pontificio de la Cultura, como encargado del área de lengua española y del diálogo ciencia-fe.
En abril de 2004 San Juan Pablo II lo nombró Subsecretario del Consejo Pontificio de la Cultura.