El Arzobispo alemán Georg Gänswein, quien fuera secretario de Benedicto XVI, contó quien era el santo favorito del Papa Emérito.
"Su santo favorito era San José, pero pronto se le unieron San Agustín y San Buenaventura, simplemente porque había estudiado en profundidad a esas dos grandes figuras de la Iglesia", explicó el secretario de Benedicto XVI en entrevista con Andreas Thonhauser, jefe de la oficina de Roma de EWTN.
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Benedicto XVI, cuyo nombre de pila era Joseph (José) Ratzinger, habló en distintas ocasiones sobre su amor por San José.
El 7 de noviembre de 2010, Benedicto XVI presidió la dedicación de la Iglesia de la Sagrada Familia, obra de Antonio Gaudí, el llamado "arquitecto de Dios".
"La alegría que siento de poder presidir esta ceremonia se ha visto incrementada cuando he sabido que este templo, desde sus orígenes, ha estado muy vinculado a la figura de San José", dijo ese día Benedicto XVI.
"Me ha conmovido especialmente la seguridad con la que Gaudí, ante las innumerables dificultades que tuvo que afrontar, exclamaba lleno de confianza en la divina Providencia: 'San José acabará el templo'", continuó.
"Por eso ahora, no deja de ser significativo que sea dedicado por un Papa cuyo nombre de pila es José", resaltó en esa ocasión el Santo Padre.
Las santas favoritas de Benedicto XVI
Mons. Gänswein dijo también en la entrevista con EWTN que "uno podía ver cómo el conocimiento que adquiría fecundaba la vida espiritual e intelectual de Benedicto XVI. Y por no hablar solo de los hombres, entre las mujeres, la Virgen María ocupaba sin duda el primer lugar".
"Después diría que Santa Teresa de Ávila, que, en su poder y fuerza intelectual y espiritual, dio un testimonio que a él le había impactado. Y luego –no lo vas a creer– está también la pequeña Teresita del Niño Jesús", prosiguió el Arzobispo.
Entre las más contemporáneas, "creo que también podemos incluir a la Madre Teresa, por su sencillez y convicción. De hecho, lo que ella vivió fue algo más que una lección de teología, de teología fundamental o de la materia que fuera".
Benedicto XVI y Mons. Gänswein conocieron a la Madre Teresa en 1978 en Friburgo (Alemania) cuando el Papa Emérito era Arzobispo de Múnich y el segundo era seminarista.