La Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB) denunció el "secuestro con inaudita violencia y saña" del gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, y exigieron a las autoridades que cumplan con la Constitución y respeten los derechos humanos.
Al mediodía del miércoles 28 de diciembre, las autoridades locales interceptaron al gobernador de Santa Cruz (Bolivia), Luis Fernando Camacho, mientras se dirigía a su casa.
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El operativo, según se conoció horas más tarde, se realizó por orden de la Fiscalía Departamental de La Paz.
Su aprehensión se enmarca en el denominado "Golpe de Estado I", ocurrido en 2019, informó la Fiscalía General del Estado de Bolivia.
En octubre de 2019, luego de las elecciones en Bolivia, se sucedieron en distintos puntos del país numerosas protestas y manifestaciones en contra de la reelección de Evo Morales, que derivaron en su renuncia a la presidencia de la nación.
Para Morales y sus simpatizantes, se trató de un golpe de estado.
En las últimas horas, el juez Sergio Pacheco determinó la prisión preventiva del gobernador por cuatro meses, acusado del "delito de terrorismo", por considerarlo partícipe del supuesto golpe.
La Conferencia Episcopal de Bolivia expresó "tristeza e impotencia" tras el arresto del Gobernador.
Los Prelados lo consideran una vulneración de las leyes y de los derechos humanos, y "un ataque más" a la población de Santa Cruz.
Para los obispos, el supuesto golpe por el que se acusa al gobernador "nunca existió" y "es fruto de una falsa narrativa y de medias verdades".
"Lo que en realidad sucedió fue un levantamiento pacífico de la población de Santa Cruz, ante el evidente fraude electoral en las elecciones del 20 octubre de 2019 de parte del partido de Gobierno", precisan los obispos.
En ese contexto, la CEB llama al Estado a un "estricto apego y cumplimiento de la Constitución", como también al respeto a la autonomía de los otros poderes, "en particular de la Administración de la Justicia".
"No se trata de derechas o izquierdas, sino de justicia", aclaran los obispos.
También exhortan al ejercicio de una democracia que dé lugar a "la oposición, el disenso y la libertad de pensamiento y expresión" e instan al "respeto a la vida, a la dignidad y a los Derechos Humanos de todo ciudadano".
Aun para los acusados de infringir la ley, piden "la efectiva aplicación de las garantías constitucionales y del debido proceso", y "no recurrir a la represión violenta".
Finalmente, alientan al pueblo boliviano a "no caer en la tentación de la revancha y de la violencia".
Los obispos ofrecen su oración para que se supere "esta nueva crisis", promoviendo la paz y la justicia.