En época de descanso, muchos dejan sus ciudades a fin de visitar otros lugares. Las vacaciones pueden ser una buena ocasión para estar más cerca de Dios, y dedicar más tiempo a la oración y las actividades pastorales.
En Argentina, el territorio de la Diócesis de Mar del Plata es una de las zonas de mayor afluencia turística, sobre todo en verano, debido a sus playas.
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Por eso, desde el Obispado promueven una pastoral enfocada en el turista.
Entre otras iniciativas, durante la temporada de verano se multiplican los horarios de Misas, hay actividades en las playas, intervenciones en las calles más comerciales y visitas del Obispo a las parroquias "de verano", ubicadas en distintos balnearios.
Todas estas actividades se enmarcan en cuatro ejes que están presentes todo el año, pero especialmente en verano: la acogida, el servicio, la comunidad y el anuncio.
En una entrevista con el Portal En Camino, del Arzobispado de Buenos Aires, el P. Juan Pablo Arrechea, Vicario de la Catedral de Mar del Plata, destacó que entre los turistas están aquellos que "vienen a encontrarse con el Señor, a descansar con el Señor... a aprovechar el tiempo de descanso para rezar un poquito más".
"En tiempos de verano, toda la actividad pasa por el recibir y acompañar la vida de aquellos que también se acercan a nuestra Diócesis y comunidades", aseguró.
Al respecto, dio a conocer los cuatro ejes que el Obispo de Mar del Plata, Mons. Gabriel Mestre, toma en cuenta al momento de llevar adelante una Pastoral del Turismo, y que en la Diócesis "han estado presentes desde el inicio": la acogida, el servicio, la comunidad y el anuncio.
En primer lugar, destacó que "el turista no es un invasor, sino un peregrino, que también viene a encontrarse con el Señor".
En ese sentido, resaltó "la importancia de saber acoger a ese turista, recibirlo, preparar las carteleras, actualizar los horarios de Misas en las redes sociales y en la app, y estar atentos".
Este eje también aborda el hecho de "saber acoger sacramentalmente", con más horarios de Misas, de confesiones, los espacios de oración y reflexión".
"Los lunes, el Obispo los dedica a los turistas, hay un mensaje especial y un diálogo fraterno con los que se acercan a celebrar Misa a la catedral", detalló. Durante esa temporada, Mons. Mestre también va a todas las "parroquias de verano" que tienen mucha afluencia turística, para acompañar a los fieles que se acercan.
En segundo lugar, se refirió al servicio. En ese sentido, se fortalece la presencia de sacerdotes en confesionarios, se multiplican los horarios de Misa, y también se intensifican los espacios de adoración y algunos retiros de pocas horas, preparados para turistas, explicó.
"Mar del Plata fue la primera Diócesis del mundo donde se celebró la Misa vespertina de sábado, porque Mons. Rau le pidió este indulto a la Santa Sede en ese momento", recordó el sacerdote, evocando al fallecido Obispo Enrique Rau, que gobernó pastoralmente la Diócesis de Mar del Plata entre 1957 y 1971.
"Era tanta la afluencia de gente, que no entraba en el templo", precisó. "Desde ahí se propuso para todo el mundo".
En tercer lugar, Mons. Mestre enseña a hablar de una "comunidad turística" que se suma, "de los hermanos turistas que vienen también a buscar el acompañamiento, a crecer en su espiritualidad".
Finalmente, expuso el Vicario de la Catedral, "el Obispo insiste mucho en el anuncio: siempre que hay un encuentro con una persona, sabemos que tenemos que anunciar a Cristo, no podemos dejar de compartir la experiencia del encuentro con Dios".
"Siempre, al recibir hermanos turistas, estamos buscando cómo anunciar: propuestas de rosarios en la playa, alguna intervención en la calle, en las zonas de más locales comerciales, siempre pensar y recrearnos en la misión constante, paradigmática, de todos los días", concluyó.