Durante una aguda revisión de la actual realidad política argentina, el Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina, Cardenal Jorge Mario Bergoglio, dijo que ahora es cuando más el país necesita de verdaderos políticos.
El Cardenal Bergoglio inauguró el martes por la noche el Ciclo de Formación y Reflexión Política que organiza la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Buenos Aires. Se trata de un ciclo de conferencia que se llevará a cabo todos los martes hasta el mes de octubre, en el Instituto de Cultura Religiosa Superior.
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Según el Purpurado, en la actualidad se produce una paradoja: “el descrédito de la política y de los políticos en el momento en que más se necesita de ellos”. Aunque “los políticos no son los únicos corruptos, siempre la ligan”, mientras que “otras corporaciones y asociaciones tienen la posibilidad de disimular sus carencias”, destacó.
El Arzobispo de Buenos Aires llamó a “rehabilitar” la política, y a recobrarla en todo su esplendor, porque “es una actividad noble”. “Hay que revalorizarla, ejerciéndola con “vocación y una dedicación que exige testimonio, martirio, o sea, morir por el bien común”, agregó.
El Cardenal Bergoglio manifestó que “la unidad política ve disminuida sus capacidades y los gobiernos parecen rehenes de fuerzas que no controlan. El campo de movimiento de un político se disminuye porque la decisión la toman intermediarios internacionales. Los centros de decisión están en otro lado”.
La acción política, agregó, no consiste en “cantar el himno” simplemente, sino en “tener una gran habilidad para moverse creando caminos de viabilidad. El político tiene que ser un creativo y pasar del equilibrio pragmático a una creatividad fecunda. Es fundamentalmente un artífice. Lo suyo es, como el poeta, 10% de inspiración y 90% de transpiración”, dijo el Purpurado.
Según el Cardenal Bergoglio, actualmente en política “no se discuten plataformas, los temas candentes se eluden y se busca la imagen”. “Se cae en la seducción en vez de usar esa arma tan efectiva que es la persuasión. Hoy seducimos para ganar votos”.
Cinco propuestas
El Purpurado trazó un “camino a recorrer para rejerarquizar la política” compuesta por cinco alternativas:
La primera senda es el movimiento desde el “nominalismo formal a la objetividad armoniosa de la palabra. El nominalismo estanca”, y lo que debe darse es “la máxima movilidad creativa”.
El segundo camino es “ir del desarraigo a las raíces constitutivas”, superando el “afán de autonomía heredado de la modernidad para superar el desamparo. Estamos en crisis de desarraigo y hay que transitar el camino de la memoria, entre la coerción y la impulsividad. El camino de la memoria es el de la pertenencia, recordar el pasado para ir hacia el futuro”.
En tercer lugar, el Cardenal Bergoglio planteó la necesidad de “salir de los refugios culturales y llegar a la trascendencia que funda. Se deben dejar de lado los caminos de retorno, que son suicidas en política”. No hay que confundir nostalgia con añoranza”, la cual “nos deja pasivos y no nos deja recuperar lo bueno del pasado para llevarlo hacia adelante”.
La cuarta propuesta es “caminar desde lo inculto al señorío sobre el poder. La vocación política exige ungirse de señorío, para evitar el caos y el formalismo almidonado. El señorío es un camino ascético hacia la sabiduría”.
Por último, llamó a trasladarse “del sincretismo conciliador a la pluriformidad de los valores; de la puridad nihilista a la captación del límite de los procesos”. El sincretismo avala la “política del collage, típica de los demagogos”, y se da más que nada “en la legislación y en la justicia”.
En el final de su reflexión, el Arzobispo porteño aseguró que “transitar este sendero permitirá evitar el fraude de los valores, un fraude que hace pasar de la alegría del ser a la tristeza del no ser”.