En el Ángelus de este domingo 18 de diciembre, último domingo de Adviento, el Papa Francisco propuso la imagen de San José como ejemplo de valentía y confianza en el Señor.
Ante los fieles presentes en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa Francisco recordó la situación de San José al enterarse del embarazo de María y destacó que escogió "la vía de la misericordia".
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"Y he aquí que, en el centro de la crisis, precisamente mientras piensa y evalúa todo esto, Dios enciende en su corazón una luz nueva: en sueños, le anuncia que la maternidad de María no procede de una traición, sino que es obra del Espíritu Santo, y el niño que nacerá es el Salvador", subrayó el Papa.
Ante esta situación, explicó el Papa, San José "deberá fiarse de Dios por encima de todo, acoger a María y a su hijo de modo completamente distinto de como se lo esperaba, distinto de lo que se había hecho siempre".
"Y a Dios, que estropea sus planes y le pide que se fíe de Él, José responde sí. Su valentía es heroica y se realiza en el silencio: José se fía, acoge, se hace disponible, no pide más garantías", destacó el Papa.
En esta línea, el Papa Francisco animó a los fieles a preguntarse qué nos dice José hoy a nosotros y señaló que "nosotros tenemos nuestros sueños y quizá en Navidad pensamos más en ellos, los discutimos juntos".
"Quizá añoramos algunos sueños rotos, y vemos que las mejores esperanzas a menudo deben enfrentarse a situaciones inesperadas, desconcertantes", dijo a continuación.
"Cuando esto sucede, José nos indica el camino: no hay que ceder a los sentimientos negativos, como la rabia y la cerrazón, ¡este es un camino equivocado!", aseguró.
El Papa dijo que, por el contrario, "debemos acoger las sorpresas de la vida, incluidas las crisis, teniendo en cuenta que cuando se está en crisis no hay que decidir apresuradamente, según el instinto, sino que, como José, es preciso 'considerar todas las cosas' y apoyarse en el criterio principal: la misericordia de Dios".
"Cuando se habita la crisis sin ceder a la cerrazón, -continuó el Santo Padre-, a la rabia y al miedo, teniendo la puerta abierta a Dios, Él puede intervenir".
"Él es experto en transformar las crisis en sueños: sí, Dios abre las crisis a perspectivas nuevas, quizá no como nosotros nos esperamos, sino como Él sabe. Son los horizontes de Dios: sorprendentes, pero infinitamente más amplios y hermosos que los nuestros", concluyó el Papa.