La Congregación Religiosa de las Clarisas que recientemente estableció una comunidad en la Diócesis de Dakar (Senegal) está solicitando apoyo financiero y donaciones de alimentos para sostener su misión en la región que está experimentando una sequía prolongada.
En una nota de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), las cinco clarisas que llegaron al país de África occidental en diciembre de 2020 dicen que se han mantenido cultivando mijo, cacahuates y maíz.
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Sin embargo, debido a la escasez de lluvias, ahora deben conseguir alimentos para ellas y para quienes llaman a su puerta pidiendo ayuda en la empobrecida región.
"Las precipitaciones son escasas y llueve solo tres meses al año, mientras que la estación seca aquí dura nueve meses. Entonces, tenemos que confiar en la Providencia divina, esperando que la próxima temporada sea mejor", expresaron en una nota publicada el 10 de diciembre.
En el pedido de ayuda de la fundación pontificia, las religiosas solicitan "ayuda económica para poder comprar comida para nosotras y también por todos los que llaman a la puerta del convento".
Senegal es mayoritariamente musulmán desde el siglo XI. Hoy, más del 90 por ciento de sus 17,2 millones de habitantes pertenecen al islam.
Sin embargo, tradicionalmente hay convivencia entre musulmanes y cristianos en Senegal, y el país ha sido pacífico y tolerante.
Aunque los cristianos constituyen solo alrededor del 5%, la mayoría de ellos católicos, la Iglesia Católica administra numerosas escuelas e instituciones caritativas como orfanatos y dispensarios.
En su nota, ACN indicó que estas instalaciones están abiertas a todos los grupos religiosos. "El núcleo que da vida a estas actividades y las sostiene, y del que se nutre la vida de la Iglesia, es la oración. Sin oración, todo lo demás es estéril", afirmó.
Asimismo, explicó que las cinco religiosas clarisas fueron enviadas desde Costa de Marfil para establecer una rama de su Orden en Senegal, por invitación del Arzobispo de Dakar, Mons. Benjamin Ndiaye.
El Arzobispo manifestó a ACN su confianza en que, a través de las oraciones de las clarisas, el Evangelio se arraigue más profundamente en los corazones de los fieles en la nación de África Occidental.
El convento donde viven las religiosas en Ndollor es todavía provisional. Además de mantenerse con la agricultura, gestionan un taller donde elaboran velas, ungüentos medicinales y ornamentos litúrgicos que luego venden.
La fundación pontificia indicó que las condiciones de vida de las clarisas son "más que modestas". "A menudo no tienen electricidad, por lo que tienen que rezar a la luz de las linternas. Dada su necesidad, se han vuelto hacia nosotros con esperanza", señaló.
En su carta a ACN, las religiosas explicaron que los habitantes de Ndollor viven en malas condiciones y por ello dependen del apoyo de la Iglesia.
"Aquí la pobreza y la lucha por la supervivencia son parte de la vida cotidiana, tanto la nuestra como la de los demás. Como Orden mendicante, vivimos en gran medida de las donaciones que recibimos de diferentes fuentes, pero los agricultores de la zona también son pobres, por lo que compartimos con ellos lo poco que tenemos", han dicho las hermanas.
Además, expresaron, "el hecho de que seamos relativamente nuevas aquí es una dificultad añadida, porque construir un convento no es cosa fácil de hacer; requiere muchos recursos financieros, y eso no ayuda precisamente a mejorar nuestra situación".
Traducido y adaptado por Eduardo Berdejo. Publicado originalmente en ACI África.