En medio de las acusaciones dirigidas al P. Marko Rupnik, acusado de haber abusado de al menos 9 religiosas a inicios de la década de 1990, surgen nuevos casos recientes.
Un nuevo caso confirmado por la Compañía de Jesús a ACI Prensa se suma a otro testimonio que publica el diario italiano left.it, donde una mujer aseguró haber recibido abuso psicológico a manos del P. Rupnik en Roma.
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En declaraciones a ACI Prensa este 16 de diciembre, el P. Johan Verschueren, consejero general y delegado para las Casas y Obras Interprovinciales de la Compañía de Jesús en Roma, dijo que si bien no conoce del caso difundido por el diario italiano, ha recibido al menos otro testimonio de una mujer que no ha querido presentar una denuncia formal.
"No, a esta mujer no tengo el honor de conocerla. No llegué a mi lugar de trabajo hasta enero de 2020. La historia me afecta y me llena de dolor y vergüenza", dijo a ACI Prensa el P. Verschueren.
A continuación, señaló que "conozco a otra víctima que vino a verme (y sigue viniendo de vez en cuando) para contarme su historia y hacer un camino de reparación, pero hasta ahora no ha querido presentar una denuncia formal".
"Estoy convencido de que hay otras. Y espero que la apertura creada ahora abra la esperanza para que muchos heridos vengan, sin miedo. No más silencio. ¡Basta ya!", exclamó el sacerdote jesuita.
Nueva víctima reciente en Roma
A inicios de diciembre, medios de comunicación se hicieron eco de denuncias por presuntos abusos sexuales que habría cometido el P. Rupnik a inicios de la década de 1990, en una institución de religiosas llamada Comunidad Loyola en Eslovenia, de la cual fue cofundador.
Tras una investigación preliminar encargada a la Compañía de Jesús, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe determinó que los hechos en cuestión debían ser considerados prescritos y por lo tanto cerró el caso a principios de octubre de este año 2022.
Sin embargo, el diario italiano left.it publicó el testimonio de una presunta nueva víctima del P. Rupnik, que habría sido sometida a abuso psicológico en Roma.
Según relata la mujer en su testimonio publicado el 13 de diciembre, el P. Rupnik le "dominó psíquicamente" durante el tiempo que trabajó en el Centro Aletti, la escuela dedicada a la promoción del arte religioso que el sacerdote y artista fundó en Roma tras sus años en la Comunidad de Loyola de Eslovenia.
La mujer, que ha preferido no revelar su identidad, aseguró además que "los jesuitas saben que esto no solo me pasó a mí".
También explicó que "en cierto sentido es quizá menos grave que lo que denunciaron las monjas de Ljubljana respecto a su padre espiritual a principios de los años 90, pero ocurrió mucho más recientemente, ocurrió en Roma y sobre todo la sede de la Compañía de Jesús lo sabe desde hace tiempo".
La mujer recordó que cuando llegó a la escuela de arte del Centro Aletti de Roma, "tenía grandes expectativas, era artista, había trabajado en varios ateliers, quería formar parte del equipo del famoso P. Rupnik, creador de mosaicos para iglesias de todo el mundo, tenía unas ganas enormes de aprender".
Sin embargo, lamentó que sus aspiraciones se convirtieron en el "terreno de conquista" del P. Rupnik y "su arte en su terreno de seducción".
"Un dominio psíquico"
"Sin darme cuenta -continúa la mujer-, empezó a tener un dominio psíquico sobre mí hasta el punto de que durante dos años perdí mi libertad de pensamiento y casi la libertad de moverme. Este hombre se apoderó completamente de mí y estaba totalmente perdida. Vivía un gran caos interior".
En declaraciones al periodista italiano Federico Tulli, la mujer relató que el P. Rupnik "podía hacer lo que quisiera conmigo. Estaba bajo su control y poco a poco empezó a hacer gestos sobre mí que no debían hacerse".
"Gestos que no pueden calificarse de agresión sexual real, estamos justo en el límite. Simplemente no quería que me pusiera las manos encima, pero se acercó demasiado", contó la mujer, explicando que el abuso fue más "una dominación psíquica que un abuso sexual".
A continuación, dijo que el P. Rupnik le dio a entender que si le rechazaba, podría perder su lugar en el Centro Aletti, por lo que la mujer se vio obligada finalmente a huir. "Me escapé. Inventé una excusa y huí", dijo.
Reunión con los jesuitas
La mujer aseguró que en 2021 escribió su testimonio en 10 páginas y lo envió a los jesuitas, que habrían sostenido una reunión vía Zoom con ella.
En esa ocasión, dijo, los jesuitas le explicaron que ya habían recibido un testimonio parecido hace unos años.
"Me dijeron que el primer testimonio provocó una visita canónica al interior del Centro Aletti", contó la mujer. Además, le habrían asegurado que tras la denuncia hicieron una "limpieza" y el P. Rupnik "fue destituido del cargo de director".
"Mi interlocutor me dijo que habían decidido someterle a ciertas medidas para limitar su manera de hacer las cosas", contó más tarde.
En esta línea, explicó que en el momento de contar su testimonio a los jesuitas, estas medidas ya estaban en marcha "y me sugirieron que me tomara un tiempo para pensar si debía denunciarlo".
"De momento, -le habrían dicho desde la Compañía de Jesús-, Rupnik ya tiene restricciones temporales. Así que no hay emergencia, piénsatelo y cuando expiren las restricciones actuales, volveremos a hablar de ello". La presunta víctima no hizo una denuncia formal.
La mujer contó también que "hace unas semanas, me di cuenta de que los jesuitas decían haber hecho lo que había que hacer y se lavaron las manos y que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe no condenaría a Rupnik debido a la prescripción de los delitos de los que se le acusaba".
Tras pedir consejo a un abogado, la mujer entendió la dificultad de demostrar "la presión psicológica" que sufrió en una relación considerada "entre adultos".
"Pero desde un punto de vista canónico es diferente. Una persona religiosa no puede hacer ciertas cosas", aseguró.
Además, dijo que "los jesuitas deberían pedir el testimonio de todos los que han pasado por el centro Aletti de Roma: estudiantes, artistas, personas que fueron acogidas durante un tiempo y que ya no viven allí, pero hasta ahora no lo han hecho".
"Hay mujeres que han dado su vida por Rupnik, y algunas son consagradas. Tenemos que investigar allí para ver si hubo otras víctimas", señaló.
Por último, relató que hace poco pudo hablar con un obispo "que acababa de llamar a la curia de Roma para preguntar cómo proceder" sobre el caso Rupnik.
"Rupnik está muy bien defendido", le aseguró este obispo a la víctima.
Las declaraciones de este último testimonio contradicen las explicaciones que se han dado desde la Compañía de Jesús, que han alegado que el Vicariato de Roma no habría intervenido hasta ahora porque las acusaciones contra el P. Rupnik se refieren a hechos ocurridos solamente en Eslovenia.
"Problemas entre adultos"
En una entrevista difundida el 7 de diciembre por el medio portugués 7Margens, el P. Arturo Sosa, Superior de la Compañía de Jesús, "en este caso, me parece importante subrayar algunas cosas. Uno, que no hay menores de edad involucrados. En otras palabras, estos son problemas entre adultos".
Cabe destacar que la Iglesia considera que en una relación entre adultos donde hay un desnivel de poder y de autoridad, como por ejemplo entre un fiel católico y un sacerdote, un director espiritual o un superior, es abuso sexual.
Excomulgado por confesar a su víctima
El 14 de diciembre, el Superior de la Compañía de Jesús, P. Arturo Sosa, confirmó que el conocido sacerdote y artista jesuita Marko Rupnik, acusado de abusar sexualmente de al menos nueve religiosas, fue excomulgado por confesar a una de sus víctimas, pero esa pena le fue retirada posteriormente.
En declaraciones a la agencia Associated Press (AP), el P. Sosa dijo que Rupnik "fue excomulgado. ¿Cómo se levanta una excomunión? La persona tiene que reconocerlo y tiene que arrepentirse, lo cual hizo".
El Superior de los jesuitas indicó que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que investigó las denuncias contra el P. Rupnik, "dijo que sucedió, hubo la absolución de una cómplice". Esta sanción del Vaticano, de acuerdo a AP, habría ocurrido en 2019.
"Se acabó el tiempo de silencio"
Este 16 de diciembre, el el P. Johan Verschueren aseguró la disponibilidad de la Compañía de Jesús a las víctimas y dijo que son "realmente bienvenidas a emprender un camino de justicia y reparación, con la garantía de discreción".
"Se acabó el tiempo del silencio", concluyó.