El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, afirma que si San José no hubiera seguido las indicaciones del ángel que le animaron a no repudiar a la Virgen María, ella habría sido lapidada "por tener un hijo extramatrimonial"
En su carta semanal correspondiente al cuarto domingo de Adviento, Mons. Fernández subraya el papel providencial de San José, que "intuyó el misterio" que acontecía en María, su prometida.
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Un misterio realizado "sin concurso de varón, por obra del Espíritu Santo con una fecundidad superlativa en virginidad".
Aunque con "humildad y adoración decidió retirarse y dejarle a Dios que hiciera su obra", el Prelado destaca que Dios "necesitaba la plena colaboración de José". De otra manera, el misterio de Cristo encarnado no hubiera entrado en la historia, apunta el Obispo.
En concreto, "si José hubiera dicho que no, María hubiera sido probablemente lapidada por tener un hijo extramatrimonial", afirma el Obispo.
"El nacimiento de este Niño necesita un padre en la tierra" que lo acoja como propio y lo proteja. En definitiva, "un padre en el pleno sentido de la palabra aunque no sea padre biológico".
María y José recibieron "la vocación y la misión de ser esposos el uno para el otro y padres de Jesús en la tierra", de tal forma que la Sagrada Familia se convierte en "icono de la comunidad trinitaria".
Así, la Navidad es la fiesta "de la familia tal como Dios la ha pensado" donde todos son queridos por sí mismos y se encuentra "el calor necesario para crecer en el amor".
El Obispo anima a los fieles a apresurarse a la preparación del corazón para acoger a Jesús "que quiere entrar en nuestros corazones" como hicieron Jesús y María.
"En ellos brilla la humildad y la disponibilidad ante los planes de Dios, en ellos brilla la fuerza de corazón y la acogida sin condiciones", subraya el Prelado.
Perfumes de Navidad
Mons. Fernández afirma que la Navidad lleva consigo como "perfumes propios la pobreza y la austeridad de vida", así como la obediencia a los planes de Dios sean los que sean, aunque contradigan los planes previos.
Para el Obispo, Navidad es "sinónimo de pureza de alma, pureza de corazón y de cuerpo" y su virtud propia es "la castidad".