El Arzobispo Sviatoslav Shevchuk, Primado de la Iglesia greco-católica ucraniana, denunció que los dos sacerdotes detenidos por el ejército ruso en Berdiansk (Ucrania) están "siendo torturados sin piedad".
"Ayer hubo un informe de que los torturan sin piedad. Según los clásicos métodos estalinistas de represión, se les están extrayendo confesiones de crímenes que no cometieron. Están en peligro de muerte todos los días", dijo el Patriarca el 1 de diciembre.
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El 16 de noviembre, al P. Ivan Levystky, abad del templo Natividad de la Santísima Virgen María, y al P. Bohdan Geleta, su vicario, se les acusó por poseer armas, municiones y libros sobre la historia de Ucrania en un edificio parroquial.
Según Mons. Shevchuk, a sus sacerdotes "los arrestaron, luego colocaron algunos artículos militares al templo y los acusaron de posesión ilegal de armas".
"Estos dos sacerdotes decidieron quedarse con su gente en los territorios ocupados. Sirvieron a las comunidades católica griega y romana, trayendo una luz de esperanza a las personas bajo ocupación", recordó sobre ellos.
El Exarcado arquiepiscopal de Donetsk, al que pertenecen el P. Levystky y el P. Geleta, indicó el 30 de noviembre que hasta la fecha no tienen ninguna conexión con ellos.
También recordó que el P. Geleta "tiene una enfermedad que le obliga a tomar medicamentos especiales con regularidad".
"Estar bajo arresto y ser torturado representa una amenaza muy grave para su vida", resaltó.
En ese contexto, el Arzobispo Shevchuk hizo un llamado a la comunidad internacional a facilitar la liberación de ambos.
"Pido a los representantes diplomáticos y a las organizaciones internacionales de derechos humanos para que hagan todo lo posible por salvar sus vidas", dijo.
Asimismo, exhortó a la Guardia Nacional de Rusia a "liberarlos de inmediato".
"Esto no es culpa de los sacerdotes de Cristo. Fueron culpables solo porque aman a su pueblo, a la Iglesia, al pueblo que les ha sido confiado. Pido a todos los fieles que oren por la salvación de nuestros pastores", agregó.