Un reciente estudio del Pew Research Center, con sede en Washington D.C. (Estados Unidos), reveló de qué forma la pandemia de COVID-19 afectó durante el 2020 a las diferentes religiones en el mundo.
La investigación se centra en cómo los confinamientos y otras medidas de salud pública afectaron a estos grupos y cómo respondieron.
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Entre los principales hallazgos, se descubrió que en 46 de 198 países y territorios (23%), las autoridades "utilizaron arrestos y sentencias de prisión para que se cumplan las restricciones en los cultos públicos y otras reuniones religiosas".
Además, en 54 de 198 países (27%) las agrupaciones religiosas presentaron demandas o se pronunciaron en contra de las medidas sanitarias.
"Una queja común fue que algunas iglesias, mezquitas, sinagogas y otros lugares de culto recibieron un trato desigual, en comparación con los lugares de reunión seculares o con otros grupos religiosos", precisa.
Otro dato importante es que en más de un tercio de los 198 países y territorios analizados, las religiones fueron afectadas por el uso de la fuerza o acusadas de ser culpables de la propagación del coronavirus en 2020.
En 74 países (37%), el estudio identificó al menos una de estas situaciones: (1) los gobiernos usaron la fuerza para imponer límites a las reuniones religiosas; (2) gobiernos, instituciones o individuos culparon a grupos religiosos por propagar el virus; (3) violencia o vandalismo contra grupos religiosos, vinculándolos con la propagación.
Estos incidentes se distribuyeron así: en 12 naciones de América, 20 de Asia y el Pacífico, 20 en Europa, siete países de Medio Oriente y África del Norte, y 15 de África subsahariana.
Respecto al específico uso de la fuerza gubernamental para imponer prohibiciones a las reuniones religiosas, ese escenario sucedió en 46 países y territorios, o el 23 % de todos los examinados en el estudio.
Según las fuentes revisadas en el estudio, las detenciones fueron el tipo de fuerza más común utilizado contra grupos religiosos cuando se consideró que violaban las normas sanitarias.
En 40 de los 46 países donde se reportó el uso de la fuerza, los gobiernos arrestaron y retuvieron a fieles o líderes religiosos por reuniones que violaron las medidas de salud pública, o por otras acciones de grupos religiosos relacionadas con la pandemia.
En 11 países, como en China, el uso de la fuerza por parte de las autoridades contra grupos religiosos incluyó agresiones físicas.
En cuatro naciones, el gobierno desplazó a líderes religiosos expulsándolos o repatriándolos. Mientras que en tres países se reportaron asesinatos de minorías religiosas relacionados con la pandemia.