El Papa Francisco explicó hoy de qué manera la escuela católica puede convertirse en lo que Dios pide y dijo que "la respuesta está en el mismo Jesús".
Lo dijo en un mensaje dirigido a los participantes del Congreso Mundial de la Educación Católica que tiene lugar en Marsella (Francia), del 1 al 3 de diciembre.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El Santo Padre comenzó diciendo que para los cristianos, la educación es "una forma de participación en la función profética que Jesús dejó a su Iglesia".
Por ello, señaló el Papa, "la vocación cristiana nos pide dar voz a una Palabra que no es nuestra, que nos supera, que nos trasciende".
"Que la escuela en su conjunto se configure como una lección de vida en la que se integran distintos elementos, en íntima colaboración con otras instancias, como la familia o la sociedad", pidió el Papa Francisco.
"¿Cómo conseguir que la escuela católica sea realmente lo que el Señor le pide?", preguntó a continuación.
"Me parece que la respuesta está en el mismo Jesús. Miremos cómo fue enviado Él y cómo envía a sus discípulos; cómo enseñaba Él y cómo les pide a ellos que enseñen. Lo primero que vemos es que su envío es a la vez un acto de amor y de obediencia", defendió.
"Cada uno de nosotros y de nuestras actividades está en comunión con Dios que nos envía, con la Iglesia universal y local, en un proyecto común que nos supera y nos trasciende, al servicio de la humanidad", dijo el Papa más tarde.
También habló de la necesidad del "movimiento" y recordó que "Jesús camina siempre, y exhorta a sus discípulos a hacer lo mismo, incluso los manda a ir por delante suyo. Les pide que salgan al encuentro, que alcancen los confines de la tierra".
"De ese modo la escuela católica en sus iniciativas debe acoger las problemáticas sociales, en ámbito local y universal, debe aprender y, en ese aprendizaje, enseñar a abrir la mente a nuevas situaciones y nuevos conceptos", aseguró.
Por último, el Papa Francisco explicó que esto es necesario "para hacer de ellos hombres y mujeres que no se conformen con acumular meros conocimientos, sino más bien para que esa doctrina les permita adquirir la sabiduría de la que hablaba san Benito, que los haga crecer y hacer crecer a los demás, allí donde el Señor los envíe".
Además, concluyó su mensaje diciendo que "todo ello supone un trabajo artesano que no podemos realizar sin la ayuda de Dios y sin el apoyo de todos".