El Dr. José María Simón Castellví, doctor en medicina y cirugía por la Universidad de Barcelona, escribió una columna en la que se refiere al origen de los denominados "niños trans", término propalado en Internet y la prensa.

"Es lamentable que tengamos que volver a explicar la realidad tal como es. Nacemos varón o mujer. Y eso no se puede cambiar", escribió el también presidente emérito de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC).

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"Por otra parte, aunque hay lobbies pretenden convencernos de que hay muchos diversos sexos, algunos oscilantes en el tiempo, y variantes de la sexualidad, ello no es así", enfatizó.

Simón Castellví afirma que ahondó en este tema "desde el respeto más absoluto" y" deseando ayudar a proteger a los niños de graves mutilaciones, bloqueadores de la pubertad y otros sufrimientos como las altas tasas de suicidios".

En su columna "Sobre el transexualismo en los niños", el médico explica que en el reciente congreso internacional de la FIAMC, llevado a cabo en Roma en septiembre, hubo ponencias muy pedagógicas sobre el tema.

Por una parte, dijo que se mostraron la "ya consabidas deficiencias científicas en el estudio, diagnóstico y tratamiento médico o quirúrgico de la disforia de género".

La disforia de género es un diagnóstico psiquiátrico que prescribe una discordancia o malestar con la corporalidad o el sexo biológico.

Otro tema del que se habló fue el "efecto de contagio social" que "genera problemas de identidad a muchos niños". El médico explicó que los menores son propensos a seguir una moda, por la facilidad que tienen para "acceder a cualquier contenido en Internet".

"Un experto pediatra nos afirmó que el 85% de los niños con supuesta disforia, si son bien atendidos y encauzados por padres, maestros y pediatras, no tienen rastro de la misma con el paso de los años", detalló.

Simón Castellví también recordó que es muy diferente lo que sucede con los estados intersexuales o hermafroditismos, casos en los que, "la medicina e incluso la cirugía, después de cuidadosas evaluaciones, les ayuda lo mejor posible".

El médico, anticipándose a las críticas o denuncias, lamentó que cuando en "occidente se habla del ejercicio correcto de la sexualidad humana (…) es tachado de homófobo (o tránsfobo en este caso) y a veces se le intenta multar o procesar por un supuesto delito de odio".

"Los delitos de odio, que existen y deben combatirse y hay que buscarlos en otros lares. El mal absoluto existe y actúa. Todos estamos expuestos a él y debemos hacer todo lo posible para que los niños no caigan en sus garras y se les robe su inocencia", dijo.

Según el experto, "las dudas, los sufrimientos y los grandes problemas que tienen algunos niños no se deben afrontar educando en la mentira".

Tampoco "presionando a los maestros para que enseñen la teoría de género, agobiando a los padres con problemas artificiales o publicitando por todos los medios posibles y a todas horas que el sexo se puede cambiar a demanda", agregó.

Finalmente, Simón Castellví recordó que "la paciencia, la profesionalidad y evitar la yatrogenia (NdR: un mal provocado, de manera involuntaria, por la acción del médico) ayudan a ver al ser humano como es".